11 abr 2017

La decadencia de Occidente lll

El conflictivo mundo en el que nos ha tocado vivir, ex Occidente, inundado de problemas; asediado por crisis sociales, económicas, demográficas; con guerras y refugiados en sus fronteras alcanza nuevos hitos que nos demuestran cómo la decadencia se enseñorea de la historia. 




Tras la Segunda Guerra Mundial la guerra fría supuso el establecimiento de un nuevo orden mundial en donde la CEE era el escaparate de la eficiencia occidental frente a Oriente, la superpotencia USA capitaneaba la OTAN y regaba de dólares Europa con el plan Marshall, creando instrumentos como la OCDE y la EFTA. Cuando la recuperación se hizo patente, Europa creó la CEE, un área de libre cambio y libertad de movimiento de personas, mercancías y capitales; pero la URSS se hundió y desaparecieron la guerra fría, el COMECON y el Pacto de Varsovia. Europa aceptó en su seno a las naciones huérfanas del Este, creó una estructura política y burocrática, la UE, y una moneda: el euro



La nueva realidad competía claramente con USA que no conseguía ya ventaja geoestratégica alguna; es en ese contexto desde donde tenemos que mirar la primavera árabe, la guerra de Ucrania y las dificultades del euro. El brexit no es más que un capítulo de esta obra abierta. Inglaterra abandona la UE en la que siempre ha estado reticente, el referéndum es la coartada. 
La negociación de salida tras la petición oficial ha sido contestada por la UE con la presentación de un brexit duro, es en ese contexto en el que hay que entender la crispación británica ante la afirmación de que Gibraltar es un asunto hispano-británico. Los ingleses ha reaccionado creando un lobby pro Cataluña independiente en Westminster y Dastis da un giro de 180 grados a la posición española hablando de una futura Escocia en la UE sin veto español. Los británicos han jugado a dividir el continente europeo desde el siglo XVI y en la actual situación era cuestión de tiempo. 



Los cambios en la casa blanca a favor del proteccionismo y la retirada estadounidense sólo vienen a confirmar, con arrogante sinceridad trumpeña, lo que de hecho ocurría ya en la era Obama. Trump se alegra del brexit, del hundimiento del euro y pide más dinero para la OTAN. La crisis hispano-británica hay que leerla en estas coordenadas.

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