Dadas las maniobras que está realizando el gobierno socialcomunista para mantenerse en el poder, creando malestar, tenemos que discutir la pertinencia en 2025 de la monarquía como régimen político aceptable en España y en Europa, incluso en Asia y Oceanía o África y América en el campo y las selvas.
La monarquía es un régimen surgido, desde la noche de los tiempos, como representación del jefe guerrero que detenta el poder compartiéndolo con el chamán, el sacerdote y médico, que se ocupa de las cosas sagradas; Autoridad y potestad.
Con el paso del tiempo y ante la necesidad de justificar el poder con el refrendo del pueblo la monarquía entró en declive; muchas de las prácticas originales de la monarquía de derecho de sangre dejaron de aplicarse, la monarquía paso a ser el ejercicio de un simbolismo sin poder efectivo, o con muy poco, ni autoridad.
Una familia representaba al reino ya constituido en nación, estamos hablando del Estado Nación, y lo hacía para apuntalar ciertos déficits históricos, de legitimidad, en la constitución de esos reinos naciones.
En otros lugares la república electiva venía a sustituir a la antigua monarquía ahora reducida a república coronada; nada nuevo bajo el sol, ya que en origen la monarquía también era electiva aunque entre notables como ahora en el Vaticano.
Como dice la CE de 1978.
1. El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia,
arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume
la más alta representación del Estado español en las relaciones
internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad
histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la
Constitución y las leyes.
En Europa, y en todo Occidente, destacan, al menos hasta ahora, estas monarquías parlamentarias, puramente representativas, como
auténticos oasis de prosperidad y estabilidad, cumpliendo perfectamente
la misión de asumir las contradicciones de los Estados con las normas
democráticas.
Son
monarquías parlamentarias: RU, España, Holanda, Bélgica, Luxemburgo,
Dinamarca, Suecia, Noruega, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y las
naciones integradas en la Commonwealth. Otras naciones con
características especiales son Andorra, Liechtenstein, Mónaco en Europa y
las monarquías tradicionales en África, Asia y Oceanía, con variaciones
desde la Isla de Tonga a Tailandia.
Existen
también otro tipo de regímenes que se autocalifican de repúblicas pero
que están en manos de poderes familiares lo que los convierte en
monarquías absolutas como, por ejemplo, Cuba y Corea del Norte.
La monarquía en España es una institución con una larga
historia y un papel fundamental en el sistema político del país. A pesar de ser
un sistema que genera debate, la monarquía sigue teniendo una serie de
utilidades tanto en el plano simbólico como en el práctico. A continuación, se
analizan algunos de los aspectos clave que destacan la importancia de la
monarquía en la actualidad.
1. Representación y unidad nacional
Uno de los roles más importantes de la monarquía en España
es el de representar la unidad y continuidad del Estado. El monarca actúa como
un símbolo de cohesión, por encima de las divisiones políticas, regionales o
ideológicas. En un país con una rica diversidad cultural y lingüística como
España, la figura del rey o la reina proporciona un punto de referencia común
que contribuye a la estabilidad social y política. Esto es especialmente
relevante en contextos de tensiones regionales o crisis políticas.
2. Función de moderador y árbitro
El rey o la reina en España tienen una función simbólica
dentro del sistema democrático, pero también ejercen un papel de moderadores en
momentos de crisis políticas. Según la Constitución de 1978, el monarca tiene
la responsabilidad de garantizar la estabilidad institucional y el respeto a la
ley. Aunque su papel en la toma de decisiones es principalmente ceremonial, en
situaciones excepcionales (como el intento de golpe de Estado en 1981), la
monarquía puede actuar como un árbitro que ayuda a restaurar el orden y la
normalidad constitucional.
3. Promoción de la diplomacia y relaciones internacionales
El monarca tiene un rol destacado en la diplomacia española.
A través de viajes oficiales y encuentros con líderes internacionales, el rey o
la reina contribuyen al fortalecimiento de las relaciones exteriores de España,
promoviendo la imagen del país en el ámbito global. Esta función diplomática
ayuda a fortalecer la presencia y la influencia de España en organismos
internacionales, acuerdos bilaterales y en la política global.
4. Apatía política y neutralidad
La monarquía en España está diseñada para ser apolítica, es
decir, el monarca no participa activamente en los procesos políticos. Esto
ayuda a mantener la neutralidad y la imparcialidad de la institución, lo que a
su vez contribuye a la estabilidad del sistema democrático. El hecho de que el
monarca no tenga que tomar decisiones políticas en la vida diaria del país
permite que el sistema político sea gestionado por representantes electos,
mientras que la monarquía se mantiene al margen, respetando los principios de
la democracia.
5. Fomento de la cultura y el patrimonio
La monarquía también tiene un papel en la preservación y
promoción de la cultura y el patrimonio histórico de España. A través de las
actividades de la familia real, se organizan eventos culturales, exposiciones y
actividades benéficas que contribuyen a la divulgación de las artes, la
historia y las tradiciones del país. Este aspecto cultural es especialmente
relevante en la proyección internacional de España.
6. Impacto económico
A pesar de las críticas que la institución recibe en algunos
sectores, la monarquía española también tiene una dimensión económica. La Casa
Real organiza numerosos eventos y actividades que pueden tener un impacto
positivo en el turismo y la imagen de España. Además, la monarquía tiene un rol
en la promoción de la solidaridad y la cooperación a través de sus iniciativas
de caridad y apoyo a causas sociales.
Conclusión
La monarquía en España, aunque no está exenta de
controversia, continúa teniendo una serie de utilidades dentro del marco
constitucional y social del país. Su rol simbólico, como garante de la unidad y
la estabilidad, así como su contribución a la diplomacia y la cultura, le
otorgan una relevancia que va más allá de su aspecto ceremonial. La figura del
monarca sigue siendo un elemento clave en la estructura política y social de
España, y su influencia, aunque indirecta, sigue siendo un factor importante en
el desarrollo de la nación.
En el caso de España no es sólo la existencia de regiones que se remiten constantemente a unos "derechos históricos" presuntos, se desmienten con la Historia y la monarquía, sino que hay una intención clara de aprovechar los huecos de la CE para destruir los equilibrios y la separación de poderes. Nuestra constitución es muy prolija pero nada se resiste a una intención autocrática ausente de fair play.
Veremos en qué acaba el final de la Segunda Restauración.