Inconstitucionalidad

Los miembros del tripartito catalán, CIU y en general los nacionalistas piensan, al parecer, que el hecho de la aprobación del Estatuto de Cataluña en referéndum es una carta de naturaleza que hace ilegítimo al Tribunal Constitucional, si no da el visto bueno al Estatuto.







Salvando el hecho de que una Ley de esta importancia sólo debería poderse aplicar después de la sentencia, no quieren enterarse del procedimiento que hay que seguir: primero reforma de la Constitución y luego aprobación del Estatuto, y aceptando siempre las reglas de juego.

Barça

Hay revuelo y enfado en Can Barça por las declaraciones de Valdano, en relación con la utilización de la política catalana por Laporta.

Me gustaría saber qué pasaría si el equipo jugase en una liga exclusivamente catalana, en la que no participaría ni el Real Club Deportivo Español.










El constante desprecio y la ceguera voluntaria frente a los beneficios de la unidad de España, de la unidad de mercado o la cautividad del mercado español, y una confianza absoluta en que ninguna de esas bondades se vería puesta en entredicho ante la independencia, gracias al Mercado Común, ocasionan asombro y tristeza.







Los nacionalistas están convencidos de que la obligada solidaridad, con zonas menos favorecidas de España, dejaría de ser financiada por los catalanes; lo que me lleva a pensar aquello de: "ten cuidado con lo que deseas no vaya a ser que lo consigas".

Crisis

Se está extendiendo la idea de que la responsabilidad, por la crisis económica actual, se debe a una política monetaria excesivamente expansiva, durante demasiado tiempo, por parte de la Reserva Federal americana y otros bancos centrales.

Políticas menos expansivas no hubieran permitido las tasas de empleo que hemos tenido, haciéndolas compatibles con el derroche electoralista de los diversos gobiernos.






Sin embargo, los políticos, más o menos afines al gobierno, acusan insistentemente a la desregulación de los mercados, lo que llega ya al militante de base y se oye en cualquier sitio.






No existe algo más regulado que el mundo financiero; instituciones como el Banco Central Europeo o la Reserva Federal pueden ser cualquier cosa menos mercado libre, las normas políticas que dictan a quién se debe dar crédito, en función de su etnia o su barrio, puestas en marcha por la administración Clinton están en el origen de la crisis.

Las escuchas telefónicas.

Conociendo a la camarilla que está en el poder, no me cabe la menor duda de que utilizan el aparato del Estado contra la oposición.








Lo que debe hacer el PP es: denunciar y poner las pruebas en conocimiento del Parlamento, la opinión pública y el juzgado cuanto antes.

El juzgado no está en Estrasburgo.







La cena que se produjo entre un alto cargo policial, el juez Garzón y el ministro Bermejo es un símbolo de lo que está ocurriendo en España. La puesta en marcha, con la excusa de la lucha contra el terrorismo, de poderosos sistemas informáticos que escuchan siempre, pero claro de uso exclusivo por orden judicial, requiere una dosis de confianza que sólo  pueden dar los ingenuos.









La creencia en la superlegitimidad de un PSOE que ni en sus peores pesadillas sueña con perder el poder, que no puede permitírselo, forzará acciones cada vez más audaces hasta el Estado policial, y si no, al tiempo.

Los problemas de Cebrián

Después de haber sido beneficiado por todos los gobiernos de la Democracia, el consejero delegado de PRISA, ahora, se da cuenta de la manipulación gubernamental de los medios en España.








Se le ha olvidado que a ellos se les concedió un canal de pago, el monopolio digital durante años, se les permite, por normativa ad hoc, no cumplir la sentencia de Antena 3 radio y se les permite finalmente poder emitir en abierto por canal 4.








A Juan Luis Cebrián, nuestro repartidor oficial de patentes de demócrata, se le olvidan demasiadas cosas como su trabajo en el diario Pueblo y su puesto de jefe de informativos de TVE cuando Franco todavía vivía.







Quizá es que era un trasunto del almirante Canaris, y quería combatir la dictadura desde dentro.

Pandemia

La situación en relación con la gripe, que se ha dado en llamar porcina, es esperpéntica. Se está llegando a un punto de auténtica histeria colectiva y lo cierto es que, en su incidencia y virulencia, no se diferencia mucho de la gripe estacional.









Da la impresión de que lo que se busca es encuadrar y asustar a la gente para que olviden la crisis económica y cómo está afectando a sus vidas. La medida de custodiar los antivirales, de escasa acción contra la gripe, en las instituciones de salud pública, la vacunación generalizada sin haber dado tiempo a comprobar la eficacia e inocuidad de las vacunas y la utilización de dudosos aceleradores de la acción inmune, ponen de manifiesto que hay grandes dosis de improvisación, cuando no intereses inconfesables.