BUITRES LEONADOS ATACAN GANADO VIVO EN NAVARRA .
Uno de los acontecimientos más recientes y que causo controversia entre los científicos y estudiosos del comportamiento animal, es el ocurrido en Aróstegui, (Navarra, España), cuando denuncias, realizadas por los campesinos de aquellos valles verdes, decían que buitres leonados estaban atacando a ovejas "latxas", una variedad ovina típica de la zona. Las denuncias al principio fueron difíciles de creer, ya que siempre los buitres leonados habían sido una especie eminentemente carroñera pero nunca habían tenido este extraño comportamiento de atacar ovejas "vivas".
Uno de los acontecimientos más recientes y que causo controversia entre los científicos y estudiosos del comportamiento animal, es el ocurrido en Aróstegui, (Navarra, España), cuando denuncias, realizadas por los campesinos de aquellos valles verdes, decían que buitres leonados estaban atacando a ovejas "latxas", una variedad ovina típica de la zona. Las denuncias al principio fueron difíciles de creer, ya que siempre los buitres leonados habían sido una especie eminentemente carroñera pero nunca habían tenido este extraño comportamiento de atacar ovejas "vivas".
Dos periodistas del diario El País se desplazaron a la zona e instalaron un puesto de observación para tratar de fotografiar estos ataques de los buitres leonados.
Efectivamente, luego de dos largas semanas de espera, sus esfuerzos se vieron recompensados cuando lograron fotografiar el ataque de estos buitres a ovejas vivas, incluso quedaron sorprendidos ya que su actuación estaba totalmente fuera de los clásicos movimientos de supervivencia de ambas especies, tanto de las ovejas como la de los buitres.
Efectivamente, luego de dos largas semanas de espera, sus esfuerzos se vieron recompensados cuando lograron fotografiar el ataque de estos buitres a ovejas vivas, incluso quedaron sorprendidos ya que su actuación estaba totalmente fuera de los clásicos movimientos de supervivencia de ambas especies, tanto de las ovejas como la de los buitres.
El primer ataque fue rápido y decisivo, como si estas aves supieran claramente los resultados, o sea, existía una experiencia previa en su actuación. Más aún, cuando se trataba de buitres leonados que no estaban hambrientos ni eran considerados enfermos. Los periodistas lograron determinar una secuencia de ataques continuos con promedios de dos días de separación, lo que hacen pensar que no es un hecho aislado ni especial el comportamiento de estas aves.
Las voces se alzaron en todo tipo de explicaciones, se comentó la excesiva población de estos buitres en la zona, pero se sabe que todas estas especies disponen de mecanismos naturales de control interno de su reproducción.
Ramón Elósegui, biólogo del Gobierno de Navarra, que siguió este comportamiento extraño de los buitres, una vez consultado, expresó que "los buitres son animales muy complejos, un poco anárquicos, y que aún se sabe muy poco sobre sus pautas etológicas de alimentación".
Ramón Elósegui, biólogo del Gobierno de Navarra, que siguió este comportamiento extraño de los buitres, una vez consultado, expresó que "los buitres son animales muy complejos, un poco anárquicos, y que aún se sabe muy poco sobre sus pautas etológicas de alimentación".
Otro científico consultado, J. Antonio Donázar, especialista en buitres de la estación biológica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en Doñana, (aquí podéis verlo) consultado, expresó: "los ataques de buitres leonados a ganado vivo pueden considerarse excepcionales y, aunque existían algunas citas científicas que mencionaban algún ataque, nunca nadie los había podido documentar gráficamente".
Los científicos enviados por el Gobierno navarro, con Juan Carlos Bascones a la cabeza, al principio se mostraron muy prudentes y escépticos a la hora de comentar loa ataques. Una vez demostrados los ataques a estas ovejas vivas, tuvieron que reconocer que eran reales y se estaban produciendo.
Esta extraña convivencia es una realidad, y los especialistas sugieren que los valles pueden haberse convertido en un laboratorio natural, en que haya interacciones extrañas entre el ganado doméstico y los buitres leonados. En todo caso, este fenómeno ya ha despertado la curiosidad de los científicos y se esta estudiando más de cerca para tener una explicación en un futuro próximo. ¿Qué ha determinado este cambio en la forma de ser de los buitres leonados? Tiempo al tiempo.
Esta extraña convivencia es una realidad, y los especialistas sugieren que los valles pueden haberse convertido en un laboratorio natural, en que haya interacciones extrañas entre el ganado doméstico y los buitres leonados. En todo caso, este fenómeno ya ha despertado la curiosidad de los científicos y se esta estudiando más de cerca para tener una explicación en un futuro próximo. ¿Qué ha determinado este cambio en la forma de ser de los buitres leonados? Tiempo al tiempo.
Los naturalistas tienen una respuesta: buitres hambrientos devoran reses debilitadas por el parto. Los ganaderos piden una solución y la Diputación estudia sus movimientos. Las descripciones desgarradoras de los ganaderos alaveses en las últimas semanas al relatar cómo decenas de buitres se abalanzan sobre sus reses vivas cuando paren, la UAGA habla ya de 80 casos en 2008, ha puesto en entredicho los principios de las leyes naturales.
Aves especializadas en comer carroña, es decir, cadáveres, parecen haberse convertido en depredadoras de animales con vida, de un tiempo a esta parte. Esta extraña conducta se ha intensificado en Álava en los últimos tres años, aunque los primeros casos se registraron hace ya una década, y ha originado una gran inquietud entre los profesionales que exigen soluciones y muchas preguntas entre los naturalistas.
Aves especializadas en comer carroña, es decir, cadáveres, parecen haberse convertido en depredadoras de animales con vida, de un tiempo a esta parte. Esta extraña conducta se ha intensificado en Álava en los últimos tres años, aunque los primeros casos se registraron hace ya una década, y ha originado una gran inquietud entre los profesionales que exigen soluciones y muchas preguntas entre los naturalistas.
¿Actúan los leonados como una nueva especie de rapaces cazadoras, como si hubieran mutado su propia genética? La respuesta de los ornitólogos es rotunda: No, no han cambiado. Simplemente se ha hecho más habitual un comportamiento que antes era extraordinario, pero también se daba, asegura David García, naturalista y portavoz del Fondo Amigos del Buitre, una entidad con raíces en Aragón, la región con más necrófagas de España. En esto, los ganaderos alaveses no están solos. El problema es peninsular.
El buitre no puede cazar como el águila, luego no puede atacar a animales vivos. Estaría en inferioridad. Sus garras son romas y su pico es incapaz de desgarrar. Ni siquiera se conocen cadáveres de personas devoradas. Si tienen ropa no pueden meter su pico, añade García. Según sus datos, todos los casos detectados afectan a hembras parturientas y a sus crías o a animales enfermos, moribundos o muy debilitados. La sangre y la placenta, el cansancio del alumbramiento que hace tumbarse a las reses provoca que los buitres, al ver un posible cadáver, se animen a devorarlos antes de que expiren. Si no las matan los buitres, muchas de esas reses acabarían muertas, agrega David García.
Buscan alimento.
Y es que la conducta de los buitres por extraño que parezca obedece a otra ley natural: el hambriento busca alimento. Las carroñeras, ya sea por su explosión demográfica en los últimos años, ya sea por el cierre de los muladares y comederos a causa de la crisis de las vacas locas, se ven abocadas a buscar su sustento. Ni más ni menos. Ornitólogos, naturalistas y técnicos forales defienden esta razón frente a los que ven una escala más en la evolución de estas aves.
Los ataques no son un invento de los ganaderos. Existen, los hemos grabado. Un buitre solo o en pareja arremete contra una vaca que se echa al suelo mientras pare. Estaba viva antes de que las aves picotearan la placenta y sus partes blandas. Luego vienen las demás. Es así en todos los casos, describe Kepa Gordo, miembro de Protección Civil de Asparrena y testigo de excepción de varias de estas acometidas en Araia.
Y es que la conducta de los buitres por extraño que parezca obedece a otra ley natural: el hambriento busca alimento. Las carroñeras, ya sea por su explosión demográfica en los últimos años, ya sea por el cierre de los muladares y comederos a causa de la crisis de las vacas locas, se ven abocadas a buscar su sustento. Ni más ni menos. Ornitólogos, naturalistas y técnicos forales defienden esta razón frente a los que ven una escala más en la evolución de estas aves.
Los ataques no son un invento de los ganaderos. Existen, los hemos grabado. Un buitre solo o en pareja arremete contra una vaca que se echa al suelo mientras pare. Estaba viva antes de que las aves picotearan la placenta y sus partes blandas. Luego vienen las demás. Es así en todos los casos, describe Kepa Gordo, miembro de Protección Civil de Asparrena y testigo de excepción de varias de estas acometidas en Araia.
Mientras los ganaderos reclaman más atención de la Diputación foral, ésta constata un déficit de información sobre el comportamiento de los buitres. Conocemos el censo que se ha hecho durante muchos años, pero como no es una especie en peligro, no se ha realizado ningún plan de gestión como se hace habitualmente con las que están en peligro. Ésta no lo está pero causa problemas sociales. Hemos comenzado a estudiar más profundamente sus comportamientos y sus movimientos, aseguró un portavoz del Departamento foral de Medio Ambiente.
Faltan datos.
Está claro que nos faltan datos. No conocemos el cénit de la especie, si realmente hay superpoblación o no. La falta de alimento es el mejor regulador natural pero hace falta tiempo. Desconocemos si los ejemplares de las colonias alavesas viajan hasta África. No sabemos si vienen de Aragón, de Navarra o de Burgos. Está todo por hacer, indica el ornitólogo Gorka Belamendia, técnico del Centro de Estudios Ambientales de Vitoria.
Belamendia asegura que las transformaciones en el manejo de las basuras en Gardélegui con la nueva planta de tratamiento de Júndiz ha rebajado sustancialmente el número de carroñeras que se alimentan en el vertedero. «El número ha disminuido», apostilla.
Está claro que nos faltan datos. No conocemos el cénit de la especie, si realmente hay superpoblación o no. La falta de alimento es el mejor regulador natural pero hace falta tiempo. Desconocemos si los ejemplares de las colonias alavesas viajan hasta África. No sabemos si vienen de Aragón, de Navarra o de Burgos. Está todo por hacer, indica el ornitólogo Gorka Belamendia, técnico del Centro de Estudios Ambientales de Vitoria.
Belamendia asegura que las transformaciones en el manejo de las basuras en Gardélegui con la nueva planta de tratamiento de Júndiz ha rebajado sustancialmente el número de carroñeras que se alimentan en el vertedero. «El número ha disminuido», apostilla.
Varios sistemas van a ayudar a los técnicos a conocer la conducta de los leonados a partir del verano. La Diputación va a utilizar jaulas especiales para capturar el mayor número de ejemplares, anillarlos y colocarles marcas alares, una tira de plástico de unos 40 centímetros de color amarillo, en el caso de España, blanco, en Francia, verde, en Grecia y azul en los Balcanes. De esta manera, se podrán controlar sus movimientos porque pueden ser observadas en vuelo. «Cuanta más información y mayor coordinación con las comunidades limítrofes, mejor. Este es un problema que no sólo afecta a Álava» señalan en Medio Ambiente.
También los muladares van a ser equipados con cámaras de televisión para conocer a fondo la actitud de la especie con el alimento que se les pone. Uno de los comederos nuevos se abrirá en Valderejo durante el verano. El otro se sitúa en los montes cercanos a Maeztu.
También los muladares van a ser equipados con cámaras de televisión para conocer a fondo la actitud de la especie con el alimento que se les pone. Uno de los comederos nuevos se abrirá en Valderejo durante el verano. El otro se sitúa en los montes cercanos a Maeztu.
Las soluciones que exigen los ganaderos no sólo pasan por la gestión de los muladares. No hay una salida única. Las explotaciones son diferentes a las de antes. De muchos pastores y poco ganado se ha pasado a pocos vigilantes y muchas reses. El ganadero siempre procuraba que los partos se lleven a cabo en la cuadra para garantizar que sea controlado. Eso se descuida ahora, señala Gorka Belamendia. Además, la especie está catalogada dentro de la lista de amenazados de interés especial, una calificación que los expertos quieren modificar a la baja dada su gran expansión en los últimos años.
¿Tendrá algo que ver con esto la política desarrollada a raíz de la aparición de las encefalopatías espongiformes bovinas y la prohibición de echar carne en los comederos?