22 nov 2012

El franquismo y la transición

Me sorprendo con la noticia de que la ONU, al parecer no debe tener mucho trabajo, va a investigar los crímenes del franquismo. Reaparece el fantasma de la memoria histórica entendida como munición para la contienda política actual y no como necesaria exégesis histórica.




Sin perjuicio de las necesarias reparaciones, que no se hayan producido ya, para los damnificados del franquismo y también del Frente Popular, y de la posibilidad de enterrar a los asesinados que sea factible en tumbas decentes, es necesario hacer comprender a los que ganaron la guerra que no lo hicieron para siempre y a los que la perdieron que la perdieron.




Las posibilidades de indemnizar y anular los juicios de la historia están limitadas por las posibilidades económicas, políticas o, simplemente, temporales; no es posible castigar los crímenes de los vikingos o indemnizar a los moriscos expulsados en 1606 y 1609.



Todo Régimen se hace por el anterior, ya sea a favor o en contra, y la transición emana del franquismo. Voy a hacer una mención somera de la evolución ideológica y procedencia familiar de conocidas figuras de la transición para aclarar este punto.


Alfonso Guerra procede de una familia de trabajadores sevillanos que era numerosa, tanto la suya como la de su padre, pero en los archivos de la policía franquista no figura nadie, a pesar de lo quisquillosa que era esa institución, sólo un tío suyo es descrito como afecto al Régimen y, claro, figura el propio Guerra que no fue molestado; nadie de su familia tuvo que ir a la guerra.






Felipe González es hijo de un pequeño empresario cántabro instalado en Sevilla, éste hizo la guerra en el bando de Franco y Felipe de niño estuvo en la OJE como tantos. La exmujer de Felipe es hija de un militar franquista, de sanidad. Julio Anguita es hijo de un sargento franquista de simpatías falangistas, las mismas que Julio ha reconocido que tuvo en la adolescencia.



El famoso Padre LLanos, cura rojo del Pozo del Tío Raimundo y miembro del Comité Central del PCE, fue falangista y persiguió a la película Gilda por Madrid. El exministro Moscoso, alto cargo con UCD y con el PSOE, es hijo de la mano derecha del general Mola en el 36 y es padre de una figura ascendente del PSOE. 
Nada que decir del clan Fernández Ordoñez o del padre de la exministra De la Vega altos funcionarios con Franco.




La segunda de a bordo de Tomás Gómez, jefe del PSOE de Madrid, es hija del marino Camilo Menéndez que se unió a Tejero cuando ya había fracasado el 23 F, junto con Juan García Carrés, y fue militante de Fuerza Nueva en la transición. Rubalcaba es hijo de un militar franquista que pasó de la aviación a Iberia, porque le convenía, siendo él mismo falangista en su juventud. Tanto Bono como Fernández Bermejo son hijos de sendos jefes locales del Movimiento.




Ni siquiera ETA se libra, Francisco Mújica Garmendia es hijo y nieto de soldados requetés de Franco, Floren Aoiz es hijo y sobrino de mandos del requeté, Argala y Pertur fueron falangistas en su juventud e Iñaki  de Juana Chaos fue miembro de Fuerza Nueva a los 17 años, hijo de un antiguo médico militar y nieto de un militar franquista.




Incluso, para terminar, el expresidente Zapatero tenía dos abuelos, uno represaliado por los nacionales pero el otro, el que lo llevaba al parque, había sido médico militar franquista en la Guerra Civil.

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