Desde que abandonó el poder, el inefable había conseguido mantenerse en un discreto segundo plano, al contrario que José María o Felipe; pero poco dura la alegría en casa del pobre... ¿o es precisamente que tiene ganas de hacernos reír como antes?
Creíamos que Zapatero, después de arruinar España y convertirla en una nación discutida y discutible, no podría hacer nada más, pero no, el que tuvo retuvo y por lo visto se aburre en el Consejo de Estado cobrando un pastón, así que nos ha propuesto lo de la "Alta Autoridad Religiosa".
Zapatero no pretende que las potencias mundiales garanticen la supervivencia de minorías perseguidas y represaliadas en sus países, eso ya está en la carta de la ONU, lo que quiere es un superpapa que establezca cuál debe ser el ideario de las iglesias según el obligatorio credo progresista, una educación para la ciudadanía para adultos.
Imaginemos qué ocurriría si hubiese propuesto una "Alta Autoridad Política" que indique a los partidos qué debe ir en su programa y qué no. Dirían que se establecía una dictadura totalitaria, y en asuntos religiosos es el fin de la Religión.
Ciertamente Zapatero no hace más que, ingenuamente, citar el objetivo masónico más antiguo: una especie de sincretismo pero bajo la autoridad del "Gran Arquitecto del Universo", vamos que se le ve la pata. Una tontería más de las muchas que jalonan su carrera.
Como
la cabra tira al monte y la incomprensión del fenómeno religioso, como
de tantos, es perfectamente descriptible, me hago eco de algunos
análisis certeros, aunque parciales pues provienen de los católicos, a propósito del insigne masón expresidente.
El expresidente del Gobierno español, J. L.
Rodríguez Zapatero, ha propuesto crear una «autoridad religiosa global» basada
en dos pilares: el respeto al pluralismo religioso, la paz y la libertad, y la
condena de toda violencia, según cuenta InfoCatólica.
Una autoridad religiosa mundial no es mala
idea. Lo es de hecho el Papa, pues el Vicario de Cristo es la máxima autoridad
de la única religión en la que subsiste la Verdad completa.
Pero Zapatero sostiene que ninguna religión
puede plantearse como «excluyente» ni pretender que sus creencias son las
únicas verdaderas, sino que la única «verdad es la libertad, el respeto a todas
las confesiones». Ya lo había dicho, aquello de que «la libertad os hará
verdaderos», en retruécano de las palabras de Cristo. El problema es que, si
ninguna religión es verdadera, no puede haber ninguna verdadera autoridad
religiosa. En aquellas cosas en las que no hay verdad, nadie puede estar por
encima de nadie: es el ancho territorio de los asuntos opinables.
El progresismo no niega la verdad.
Robespierre tenía una verdad en forma de guillotina. Lo que el progresismo
sostiene en realidad es que sólo hay verdad en lo político. Lo único absoluto
para el progresismo es el poder político. La única verdad es la política. Lo
único que verdaderamente importa es la paz social, el avance de las naciones,
la mejora de los ciudadanos, el Estado del bienestar, la convivencia solidaria
e igualitaria de hombres libres. (Sin duda, acierta en lo que afirma, pero
yerra en lo que niega).
Luego Zapatero no propone que haya una
autoridad religiosa mundial, sino que haya una autoridad política mundial sobre
las religiones. O sea, que las religiones se sometan al poder político. La
libertad religiosa está en peligro.
José J. Escandell.
Me imagino la respuesta del califa Iraquí a estas propuestas tan cool y buenistas. Cuántos problemas se evitarían si hubiese unanimidad progre religiosa... ¿y si hubiese unanimidad política? Siempre tendríamos la suerte de estar gobernados por un progre de pro.
Me imagino la respuesta del califa Iraquí a estas propuestas tan cool y buenistas. Cuántos problemas se evitarían si hubiese unanimidad progre religiosa... ¿y si hubiese unanimidad política? Siempre tendríamos la suerte de estar gobernados por un progre de pro.
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