Noche sangrienta en París; viernes 13 en la peor versión. Como vengo explicando en este blog las fronteras están abiertas a los bárbaros y no diré al Islam porque entre los que llegan, y están, no se encuentra Averroes.
Bárbaros desclasados, sometidos a la presión de la guerra y la destrucción llegan a una sociedad desguarnecida, secularizada y encuentran la alianza de antisistemas que sueñan con eriales reedificables. Pero no, no quedará piedra sobre piedra, es el fin de nuestra civilización.
Bárbaros desclasados, sometidos a la presión de la guerra y la destrucción llegan a una sociedad desguarnecida, secularizada y encuentran la alianza de antisistemas que sueñan con eriales reedificables. Pero no, no quedará piedra sobre piedra, es el fin de nuestra civilización.
Las preguntas que nos hacemos son: ¿quién alimenta sus conflictos?, ¿quién los entrena y les da las armas y explosivos? y ¿quién suministra la caridad salafista que los nutre?
Una Guerra Despiadada
Los jefes de Estado y de Gobierno de las principales naciones occidentales debe asumir de una vez que estamos en una guerra y ejercer su liderazgo para hacer ver la gravedad de la situación a una sociedades infantilizadas muy reacias a aceptarlo. El primer paso para vencer esta guerra es asumir que se está en ella con todas las consecuencias. El presidente francés lo decía con toda la crudeza, una vez conocida la magnitud del ataque, en las puertas de la discoteca donde los terroristas han masacrado a decenas de personas inocentes: "Será una guerra despiadada". No es el momento de vacilar. El enemigo exterior es temible pero no lo es menos nuestra debilidad interior. Muchos querrán cerrar fuertemente los ojos como hacen los niños para sacudirse el miedo. Y, lo que es peor, no faltarán los que, desde la comodidad de nuestras sociedades libres, comprendan o justifiquen la barbarie. Tendremos que oír las estúpidas alertas contra la "islamofobia", aún con los cadáveres calientes de inocentes asesinados a sangre fría por unos tipos que gritaban "Alá es grande". Sin embargo, podemos estar seguros de que no veremos condenas claras y contundentes en los países islámicos, ni concentraciones de repulsa de musulmanes indignados frente a las mezquitas.
El enemigo exterior cuenta con dos enormes ventajas sobre nosotros: su pretendida indefinición territorial y la consiguiente abulia europea. Corrigiendo la segunda, poniendo fin de una vez por todas a las discusiones estériles sobre política exterior y Defensa, sería mucho más sencillo afrontar esta guerra que nos golpea y nos seguirá golpeando desde Siria, desde Irak o desde Libia, países en los que la comunidad internacional no ha hecho sino dar palos de ciego. La matanza de París es un ataque que debe ser respondido como el acto de guerra que es por más que haya expertos renieguen del término. Sólo identificando al enemigo exterior como enemigo del mundo occidental en su conjunto estaremos en disposición de acorralarlo y acabar con él. Hoy los muertos los ha puesto Francia pero no ha de quedarse sola en su respuesta. Nos han atacado. Hay que defenderse.
Editorial, LibertadDigital.
Excelente artículo que complementa al anterior:
http://www.libertaddigital.com/opinion/pedro-fernandez-barbadillo/despertara-europa-77250/
PD. En recuerdo de nuestras víctimas en París.
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