El sábado ha tenido lugar el congreso extraordinario del PP y ya es hora de comentarlo.
Tras el descabalgamiento del gobierno, el proceso posterior a la dimisión de Rajoy se ha asemejado a una merienda de negros. La manía de las primarias se ha apoderado del PP y, en este caso dada la situación con la pérdida de casi 5.000.000 de votos y en un mar de corrupción, casi que un proceso de estas características era necesario.
Una vez transcurrida la votación, dos candidatos han pasado el corte: la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, agente efectivo del desarme ideológico del PP por ausencia abúlica del presidente, y un tal Pablo Casado que no viene de la oposición interna precisamente sino que era vicesecretario de "comunicación" del partido que menos comunica del mundo. Ha ganado este último que dice que hay que recuperar los principios. Experiencia en gestión 0, vida al margen de la política 0; mérito: es joven, la otra decía que era mujer.
He aquí el autocomplaciente discurso de despedida de Rajoy, "la economía lo es todo" y "yo recuperé Cataluña".
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