Desde el punto de vista epistemológico, las proposiciones pueden dividirse en distintos grupos según su carga de certeza; desde las documentalmente verdaderas, las creíbles por pruebas circunstanciales, las que no son creíbles pero no sorprendería que lo fuesen y las increíbles, las que harían cambiar las cuadernas de nuestra estructura psicológica. Esta división es libre y se pueden hacer muchas otras según quién analice la lógica de las cosas.
Las rupturas de gas del Nord Stream de 2022 fueron una serie de explosiones y fugas que ocurrieron en los gaseoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2 el 26 de septiembre de 2022. Ambos gasoductos se construyeron con el fin de transportar gas natural desde Rusia a Alemania a través del Mar Báltico. Los gaseoductos son propiedad de dos empresas de capital público y privado, una alemana y otra rusa, Gazprom; el gaseoducto está bajo supervisión y vigilancia, según zonas, de Alemania y Rusia.
El incidente se produjo en el área de control alemán, en aguas de Dinamarca, y tras una investigación de las marinas danesa y sueca, se determinó, sin que hubiera lugar a dudas, que se trataba de un sabotaje llevado a cabo en una operación compleja.
Inmediatamente se plantea quién habrá sido el responsable de la operación y los analistas se dividieron en dos; los que acusaban a algún aliado de la OTAN, que habría realizado el atentado para impedir la venta de gas ruso a Europa haciendo obligatorio el embargo, y los que apostaban por un atentado de falsa bandera llevado a cabo por Rusia con la intención de crear tensiones entre los aliados, en el contexto de la guerra en Ucrania. En muy pocos días sólo los primeros continuaron porfiando, los segundos se sumieron en un espeso silencio.
Efectivamente, desde un perspectiva de validez, parece que con pruebas de circunstancias hemos de creer en que algún socio de la OTAN causó el sabotaje.
La idea de un atentado ruso de falsa bandera se cae por el hecho de que, para crear tensión grave entre los aliados, a Rusia le bastaba con cerrar el grifo del gas; sin riesgos, sin arriesgarse en un zona como la de Skagerrak, en donde la profundidad es pequeña y que está rodeada por las armadas de Noruega, Dinamarca, Alemania, Suecia, Finlandia, Países Bálticos y Polonia, potencias aliadas de la OTAN.
Igualmente tanto el Presidente Biden como Victoria Nuland, alto cargo del gobierno USA, amenazaron con destruir los gaseoductos si Rusia invadía Ucrania.
Así mismo, en febrero de 2023, el periodista norteamericano independiente y prestigioso, fue premio Pulitzer, Seymour Hersh publicó un artículo en donde denunciaba que una fuente importante, que se mantiene en el anonimato, afirma que los ataques a los gaseoductos Nord Stream fueron organizados por el gobierno de Estados Unidos con el apoyo de Noruega. A preguntas del propio Hersh, el gobierno de Estados Unidos y la CIA han negado su versión.
En Suecia se han publicado sendas filtraciones de la Corporación RAND, asesores del gobierno USA, en el sentido de que la intención de la voladura sería conseguir clientes para el gas licuado norteamericano y llevarse industrias y talento europeo a Estados Unidos.
El canciller alemán Olaf Scholz ha agachado la testuz y afirma creerse un informe de investigación de la CIA y el BND alemán en el sentido de que el atentado es obra de extremistas ucranianos; esto ha despertado hilaridad en ámbitos periodísticos y de información.
Sin saber qué es lo que los norteamericanos sospechaban de Alemania, el ataque a un aliado, en sus intereses, en territorio de otro aliado es probablemente el hecho más grave que ha ocurrido desde el comienzo de la Guerra de Ucrania. Pone de manifiesto que la OTAN es una organización que ha perdido su carácter defensivo para convertirse en instrumento de la política imperial americana y que Alemania, y por extensión Europa, es un mero protectorado de los USA que un día sirvió como escaparate pero que ahora es un competidor económico molesto.
Rusia ha pedido una investigación independiente en el Consejo de Seguridad de la ONU pero no parece que eso interese a USA.
Los alemanes no terminan de creerlo y ojalá nos equivoquemos pero la soberanía desaparece cuando las cosas se ponen feas. Ya veremos en qué queda la UE y la OTAN después de esto y la reacción de los pueblos europeos, sobre todo del alemán.
https://cesarvidal.com/la-voz/editorial/editorial-un-traidor-llamado-scholz-23-03-23
https://www.elviejotopo.com/topoexpress/entrevista-con-oskar-lafontaine/
https://www.fpcs.es/la-ue-declara-la-guerra-a-europa/
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