Lo que vamos a ver es una comparativa de las diferencias y las similitudes de ambas naciones y territorios desde un punto de vista geográfico y climático pero sin perder de vista la geografía humana, hay que tener en cuenta que el carácter de las poblaciones se forja sobre la geografía, la flora y la fauna de un territorio.
Los territorios sujetos a un clima templado siempre estarán habitados. Si lo vemos desde fuera siempre ha sido así, si lo vemos desde dentro las sucesivas migraciones suponen el fin de un mundo y el comienzo de otro.
Los límites de Italia están marcados por elementos físicos: el mar de
Liguria y el mar Tirreno al oeste, el canal de Sicilia en el sur,
el mar Jónico y mar Adriático al este, los Alpes en el norte (pero en la
parte central la frontera sirve de línea de separación de
aguas, Suiza se extiende por la vertiente sur con el cantón del Tesino).
El territorio italiano incluye los dos pequeños estados
del Vaticano y San Marino y posee un enclave en Suiza, la ciudad
de Campione en las orillas del lago de Lugano.
El territorio italiano es muy accidentado: el 23% tan sólo es llano,
las montañas forman el 35% y el 42% las colinas. Dos grandes cadenas
montañosas le dan su estructura: los Alpes en el norte, con el pico más
elevado del país en el Mont Blanc con 4810 m (si se considera que el
Mont Blanc es parte de Italia), y los Apeninos que van desde la costa de
Liguria hasta Reggio Calabria. Una sola gran llanura aluvial: la
llanura del Po, de alrededor de 45.000 km².
Situada en la línea de contacto de las placas europea y africana,
Italia está sujeta a terremotos y tiene cuatrovolcánes: el Etna,
el Vesubio, el Vulcano y el Stromboli (estos dos últimos en el Mar
Tirreno).
Debido a su situación geográfica, Italia tiene un clima
mediterraneo-continental, con fuertes variaciones regionales debido a
las diferencias de latitud, a la topografía y a la influencia del mar. La
climatología italiana, si bien tiene carácter mediterráneo, presenta
notables variaciones regionales. En el norte italiano
(Milán, Turín yBolonia) tiene un clima continental, con veranos
calientes e inviernos fríos y nevosos. Por debajo de Florencia presenta
un clima típicamente mediterráneo. El clima de las zonas de costa es muy
diferente del interior, en particular en los meses invernales. Las
regiones costeras tienen un clima mediterráneo típico con inviernos
suaves y veranos calientes, generalmente secos. La región alpina está
marcada por un clima frío de montaña, con inviernos rigurosos y veranos
un poco menos fríos. Stelvio, por ejemplo, posee medias de -12 °C en
invierno y 6 °C en verano.
Italia está sujeta a condiciones muy diversificadas
en otoño, invierno, primavera, mientras que el verano es generalmente
más estable tanto en las ciudades del norte como Turín, Milán,
Pavía, Verona o Udine pueden recibir lluvias durante el día.
La temperatura varía de manera importante, sobre todo en las
temperaturas medias en invierno. La media en enero de la Llanura del
Po es de 1 °C, la media en Turín es de 1,3 °C y en Milán de 1,5 °C. En
el sur, en cambio, en lugares comoSicilia y Calabria las medias de enero
alcanzan los 10 °C. En ciertos días de diciembre o enero puede nevar en
Milán a -2 °C, cuando en Palermo o Nápoles las temperaturas están en
+17 °C. Ciertas mañanas Turín puede amanecer con -10 °C, cuando al mismo
tiempo Roma está en +6 °C y Reggio Calabria +12 °C. El mes más frío
es enero con medias, en el valle del Po, de 0 °C, Florencia
5 °C/6 °C, Roma 7 °C/8 °C. Las temperaturas pueden llegar por la mañana a
-12 °C en el valle del Po, -2 °C/-3 °C en Florencia, -2 °C en Roma,
-2°C en Nápoles y en Palermo puede llegar a 1 °C.
En el verano la diferencia es más clara. Las medias en julio van
desde los 23 °C de Milán a los 26,2 °C de Palermo. Generalmente el mes
más cálido es agosto en el sur y julio en el norte, meses en los que
los termómetros pueden marcar 42 °C en el sur y 33 °C en el norte. Ya
más abajo de Florencia el verano es típicamente seco y soleado.
Las precipitaciones son más abundantes en las montañas que en los valles
y disminuyen de norte a sur. La costa este no es tan húmeda como la
occidental, aunque en invierno está generalmente más fría. Los Alpes,
que actúan de barrera ante los vientos del norte, registran las mayores
precipitaciones (3.000 a 3.800 mm anuales); losApeninos, por su parte,
establecen una clara distinción entre sus dos vertientes: la tirrénica,
que queda expuesta a las corrientes húmedas del Oeste, y la vertiente
adriática, a sotavento de dichas influencias (menos de 500 mm anuales
en Apulia). Las zonas más elevadas son frescas, húmedas y frecuentemente
reciben las precipitaciones en forma de nieve. No sólo nieva en los
Alpes sino también en los Apeninos. Entre noviembre y marzo el valle
del Poestá frecuentemente cubierto por la nieve, sobre todo la zona
central (Pavía y Cremona). La nieve es algo muy común entre diciembre y
febrero en ciudades como Turín, Milán y Bolonia, en los últimos
inviernos (2005 – 2006), Milán recibió aproximadamente 70/80 cm de
nieve, Como en torno de 1 m, Pavía 50 cm, Trento 1,60 m, Vicenza en
torno a 45 cm, Bolonia en torno a 40 cm y Piacenza alrededor de 80 cm.
España y Portugal se encuentran situadas en el extremo suroccidental del
continente europeo y ocupan casi seiscientos mil km2. Ambos países
ocupan la Península Ibérica pero incluyen también varios territorios
insulares: los archipiélagos de Canarias y Baleares pertenecen a España
mientras que las islas Azores y las de Madeira son parte de Portugal.
El relieve peninsular es
el resultado de los movimientos de las placas tectónicas africana y
euroasiática que tuvieron lugar durante la era Terciaria (desde hace
unos millones de años).
La Península está
dominada por una gran Meseta Central. El Sistema Central y su
prolongación portuguesa de la Sierra de la Estrella divide la Meseta
en dos partes: una Submeseta Norte y Submeseta Sur. La Submeseta
Norte está constituida básicamente por la cuenca fluvial del río
Duero, mientras la Submeseta Sur está ocupada por las cuencas de los
ríos Tajo y Guadiana, separadas entre ellas por los Montes de
Toledo. La gran extensión de la Meseta Central explica la elevada
altitud media de la Península.
Un conjunto de
cordilleras y macizos montañosos rodean la Meseta: el Macizo Galaico
y los Montes de León por el noroeste, Tras os Montes por el oeste
portugués, la Cordillera Cantábrica al norte, el Sistema Ibérico
al este y Sierra Morena al sur.
Hay también tres
sistemas montañosos exteriores a la Meseta: los Pirineos, que hacen
frontera con Francia, el Sistema Costero Catalán en el litoral
nororiental y los Sistemas Béticos al sur (compuesto de dos
alineaciones: Sistema Subbético y Sistema Penibético). En el
Sistema Penibético se levanta el pico montañoso más alto, el
Mulhacén (3.478 m.).
Entre estos sistemas
montañosos exteriores y las cordilleras que bordean la Meseta, se
sitúan dos grandes depresiones: la Depresión del Ebro al noroeste y
la Depresión del Guadalquivir al sur. A ello abría que añadir la
Depresión portuguesa del Tajo, situada en la desembocadura del río.
En la Península Ibérica predomina el clima mediterráneo, pero también se
dan los climas oceánico y de alta montaña. En los archipiélagos
atlánticos aparece también el clima subtropical.
El clima oceánico domina en una estrecha franja que comienza en el norte
costero de Portugal, sigue por Galicia y continua por toda la costa
cantábrica hasta los Pirineos. El clima oceánico carece de sequía y
presenta abundantes precipitaciones anuales, con temperaturas suaves en
verano y no frías en invierno. La vegetación es siempre verde y muy
abundante, con el predominio del bosque atlántico caducifolio de robles,
castaños y hayas.
El clima mediterráneo se caracteriza por una mayor oscilación térmica
anual que el oceánico, con veranos muy calurosos y secos. La sequía
estival o veraniega y la mayor escasez de precipitaciones favorece el
desarrollo de una vegetación más adaptada a la sequedad. En la Península
ocupa el resto del territorio e incluye también las islas Baleares.
En cuanto a la vegetación, predominan matorrales como la jara, el brezo o
la retama y especies arbóreas como la encina, el alcornoque o el
acebuche.
Podemos distinguir tres tipos:
Mediterráneo típico o costero, con temperaturas cálidas en verano
y suaves en invierno. Se extiende por las zonas costeras y el los
valles del Guadiana y Guadalquivir.
Mediterráneo continentalizado o de interior, con invierno más
fríos de los normal por la elevada altitud y la lejanía de la costa. Se
sitúa en las mesetas interiores y en el valle del Ebro.
Mediterráneo semidesértico o árido, con una sequía mayor de lo
normal y unas lluvias muy escasas, por debajo de 300 mm al año. Se sitúa
en el sureste de la Península.
El clima subtropical ocupa las islas Canarias y la islas portuguesas de
Madeira . Se caracteriza por temperaturas cálidas todo el año y lluvias
escasas y concentradas en invierno, siendo más secas las islas más
cercanas al continente africano. En las zonas húmedas se desarrolla el
bosque de laurisilva y el pino canario y en las zonas más áridas
matorrales xerófilos (adaptados a la sequía).
El clima de alta montaña se caracteriza por presentar precipitaciones
más abundantes y temperaturas más bajas que en las zonas llanas más
cercanas. En la Península su presencia se reduce a las zonas más altas
de los Pirineos, la Cordillera Cantábrica, el Sistema Central, el
Sistema Ibérico y la Cordilleras Béticas.
Factores del clima peninsular.
El clima peninsular está definido por los siguientes factores:
España está situada al sur de la zona templada lo que hace que las temperaturas sean más altas y la duración del día sea mayor en el invierno.
El hecho de que sea una península rodeada de mares favorece que amplias zonas costeras tengan temperaturas muy suaves.
La disposición periférica de las montañas (situadas cerca de las
costas aislando el interior) favorece que las zonas interiores alejadas
de la costa no reciban la influencia marítima y tengan invierno más
fríos y menos lluvias. En estas zonas interiores las diferencias de
temperatura entre el invierno y el verano serán muy acusadas (gran
amplitud térmica anual).
La elevada altitud media del territorio hace que bajen las
temperaturas en las zonas más altas, como ocurre en las amplias mesetas y
las numerosas zonas montañosas.
Ambos países se encuentran en una situación periférica en relación al núcleo de Europa occidental. En España se observa con gran claridad mirando un mapa pero la situación de Italia no es tan clara. El norte es parte de ese centro cultural pero no tanto el sur o el este de la península italiana. Tanto el sur de Italia como el de España fueron invadidos y estuvieron poblados por musulmanes procedentes de África; esa es una invasión de muchas de las que ha habido a lo largo de la historia.
Estas penínsulas han sido lugar de encuentro y entrada desde África. El carácter de sus habitantes está influido por ello; sin embargo, el clima húmedo y cálido, puramente mediterráneo, de Italia diferencia el carácter arriscado del cambiante clima ibérico, con alternancia de predominio atlántico o mediterráneo. Ambos territorios son activos geológicamente como se puede observar en su historial de movimientos sísmicos.