El sincretismo es un fenómeno que se produce cuando se encuentran dos o más tradiciones culturales en un mismo tiempo y lugar; dando lugar a, tras el choque inicial, periodos de convivencia hasta desembocar en una tradición híbrida. En algunas ocasiones, las autoridades de una nueva religión dominante se apropian de viejas tradiciones, y en otras es el pueblo el que las conserva de culturas anteriores.
En la época del Imperio Romano, éste abarcaba las religiones y tradiciones de los lugares conquistados, identificando a los distintos dioses con dioses del panteón romano en un sincretismo puro, pero esperaban reciprocidad, de ahí las dificultades de las religiones monoteístas dogmáticas (cristianismo y judaísmo).
En la etapa de dominio cristiano en Occidente, será el sincretismo cristiano quien, de manera natural o dirigida, termine subsumiendo las viejas tradiciones nemorosas paganas. Es una larga etapa en la que sólo la presencia de pequeñas minorías como los judíos enturbiará la unidad de la Universitas Christiana.
No es hasta la llegada de la ilustración y del posterior positivismo, que se ponga en tela de juicio ese dominio del cristianismo en Occidente, aunque los mitos paganos subsistan en el campo. En este contexto surgirán sociedades secretas que buscarán el sincretismo sobre la base de la tolerancia religiosa, admitiendo en su seno a creyentes de los diversos cultos, sobre todo protestantes y católicos.
Sin embargo, es a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando la crisis del Estado-nación, propiciada por el liberalismo librecambista, llevará a una exacerbación del nacionalismo en Europa, dando lugar a fenómenos como el celtismo, el germanismo y el antisemitismo. Es ese medio el que dará lugar al neopaganismo, una especie de vuelta imposible a las creencias paganas, envuelta en un naturalismo panteísta fundamentalmente ateo.
Las sociedades secretas empiezan a atacar los centros de poder tradicionales, monarquía e Iglesia, junto con las nuevas ideologías como el marxismo, la filosofía de Nietzsche y el freudianismo. Tras la II Guerra Mundial, el neopaganismo se va a asociar a la revolución juvenil, la música y el arte, lo que atraerá a las fuerzas del mercado de consumo, bajo el dominio de la preponderancia de los USA. La fiesta de Halloween hay que verla en ese contexto.
Halloween (contracción de "All Hallows Eve", víspera de Todos los Santos), también conocido como "Noche de Brujas" o "Noche de Difuntos", es una fiesta de origen celta que se celebra principalmente en los Estados Unidos, Canadá, Irlanda, el Reino Unido y en países no anglosajones como México y Colombia en la noche del 31 de octubre. Tiene origen en la festividad celta del Samhain y en la festividad cristiana del día de Todos los Santos. Posee un trasfondo religioso. Tiene todos los componentes del renacer neopagano y el predominio nórdico, así como de la utilización comercial de la sed de diversión moderna.
Hay otras viejas tradiciones en este sincretismo moderno, con raíces antiguas o nórdicas, como las hogueras de San Juan, celebración del solsticio de verano (24 de junio) o la noche de Walpurgis (30 de abril), dependiendo de la localización, ya sea en Europa o en territorios europeizados.
En las tradiciones hispanoamericanas se mezcla a la religión (Todos los Santos), el celtismo y los mitos preeuropeos.