Como estaba previsto, el Parlamento catalán ha llevado a cabo su pantomima soberanista mientras exige o ruega al Estado que rescate Cataluña por su situación económica catastrófica. Nada de esto es nuevo, y no es la primera vez que hablamos de ello, pero lo que no deja de sorprender es la postura del PSC-PSOE.
De la apuesta meramente semántica para las elecciones: "el federalismo" hemos pasado a una estrambótica defensa del derecho a decidir pero dentro de la legalidad lo que es una contradictio in terminis, y una oposición al concepto de soberanía para Cataluña lo que es otra contradicción (¿qué se decide si no hay soberanía?). Junto a esto un grupo de 5 parlamentarios se abstienen protestando contra la -¿postura?- de su grupo.
Lo que subyace en todo este cúmulo de despropósitos es la desafección de cierta izquierda ante el concepto de solidaridad nacional y la secreta fe en las ideas nacionalistas entendiéndolas como progresistas. No deja de sorprender que quienes así piensan son los adalides de los impuestos y del deseo de castigar a los ricos para dar bienestar a los pobres (otra contradicción).
Cuando he visitado países como Francia e Italia, y he visto manifestaciones de los sindicatos o la izquierda, no ha dejado de sorprenderme la proliferación de banderas francesas o italianas. La sorpresa deriva de que en España uno puede encontrar banderas nacionales en las manifestaciones deportivas, culturales o en manifestaciones de todo tipo excepto en las de la llamada izquierda. ¿A qué puede deberse esto?
Quizá a una aplicación particular de las doctrinas leninistas del imperialismo como último eslabón del capitalismo (entendiendo por imperialismo el de Madrid sobre Cataluña y Euskadi, qué ya es entender), quizá a una mala interpretación del pesimismo regeneracionista que lleva a pensar en España como un error histórico a deshacer para rehacerla después sobre otras bases o a que el campanario, tan querido en toda España, afecta también al corazoncito de la izquierda que de paso sueña con un PRI frentepopulista que gobierne siempre.
Lo cierto es que la lógica de la solidaridad, tan cara a la izquierda, no es fuerza suficiente para romper esta tradición. El PSOE prefiere condenar al ostracismo a quienes valoran la unidad nacional que cambiar de discurso aunque esto ponga en riesgo su influencia en ciertas zonas de España.
2 comentarios:
Creo que la duda que sobrevuela sobre le matrimonio de los reyes Católicos ha hecho mucho daño a este país...
Un abrazo!!
No lo dudes fue rato y consumado.
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