Cuando se explican las vicisitudes de los pueblos en la Historia, sus movimientos, sus choques, su mestizaje y su xenofobia existe la tendencia a identificar como movimientos de esos pueblos la expansión de las culturas, por ejemplo las indoeuropeas en Europa con Lígures, Hallstat y La Tène en contraposición a los movimientos auténticos de los linajes galos que han llegado hasta nosotros gracias a los cronistas romanos.
Los celtíberos son un caso particular de relación cultural en la que el dominio militar no tuvo siempre un valor absoluto, a veces la adopción de una cultura se hacía desde la posición dominante y no desde la derrota como es el caso de los normandos en la Normandía francesa que en 80 años eran todos cristianos y hablaban francés (el de la época).
Otro caso es el de la gran expansión vasca de los siglos V y VI que vasconizó una parte del litoral cantábrico pero permitió la paulatina pérdida para la cultura vasca de Álava, gran parte de Navarra, toda la Rioja y el Pirineo central y oriental.
En el mundo antiguo los acadios semitas vencieron a los sumerios pero adoptaron su lengua como lenguaje sacerdotal.
Lo que se ve en la Historia aparece ahora entre nosotros, políticos derivados de ideologías, y gracias a leyes, imponen las nuevas versiones normalizadas (siglos XIX y XX) del vasco y del catalán a pueblos mestizos en los que el componente castellano es fundamental (el 70% en el País Vasco y el 50% en Cataluña) y todo esto en un mundo que evoluciona globalmente con una inmigración islámica que cambiará todo, que es inasimilable culturalmente y que a su vez será influida por nosotros.
Los celtíberos son un caso particular de relación cultural en la que el dominio militar no tuvo siempre un valor absoluto, a veces la adopción de una cultura se hacía desde la posición dominante y no desde la derrota como es el caso de los normandos en la Normandía francesa que en 80 años eran todos cristianos y hablaban francés (el de la época).
Otro caso es el de la gran expansión vasca de los siglos V y VI que vasconizó una parte del litoral cantábrico pero permitió la paulatina pérdida para la cultura vasca de Álava, gran parte de Navarra, toda la Rioja y el Pirineo central y oriental.
En el mundo antiguo los acadios semitas vencieron a los sumerios pero adoptaron su lengua como lenguaje sacerdotal.
Lo que se ve en la Historia aparece ahora entre nosotros, políticos derivados de ideologías, y gracias a leyes, imponen las nuevas versiones normalizadas (siglos XIX y XX) del vasco y del catalán a pueblos mestizos en los que el componente castellano es fundamental (el 70% en el País Vasco y el 50% en Cataluña) y todo esto en un mundo que evoluciona globalmente con una inmigración islámica que cambiará todo, que es inasimilable culturalmente y que a su vez será influida por nosotros.