Nuevos atentados en esta guerra no declarada. ¿Cuál es la razón para la eclosión de combatientes locos que parecen surgir como por ensalmo? Se trata de una serie de circunstancias además del esfuerzo de ciertas élites para destruir cualquier atisbo de estabilidad y tradición en nuestras sociedades. La religión islámica no tiene estructuras eclesiásticas al modo de las religiones positivas cristianas; sólo tiene el Corán y libros sagrados en árabe. Ciertas mezquitas están siendo tomadas sigilosamente por fundamentalistas que sustituyen a los antiguos imanes eliminados por el paso del tiempo. La juventud islámica europea, a veces de tercera generación, se siente excluida de los mejores trabajos y tampoco tiene interés en esforzarse porque piensa que es inútil; los grupos islamistas dominan Internet y ahí reclutan a los soldados del daesh.
La sociedades islámicas, sometidas al paro, no están en condiciones de desarrollar en su seno un sano relativismo y son un hervidero de creencias radicales, viven en el sueño de la leyenda. Hay poderes mundiales dispuestos (e interesados) a desestabilizar Europa, y el Medio Oriente, y nosotros no estamos dispuestos a coger el toro por los cuernos. Ésta es la situación hoy de esta guerra que estamos perdiendo.
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