Termina ya esta semana sangrienta en Aragón. Un zaragozano de origen catalán ha sido asesinado, con golpes por la espalda, al parecer por llevar unos tirantes.
Tras eso, dos guardias civiles y un paisano han sido asesinados por un descerebrado que vívía robando comida en los caseríos de la zona.
Hace tiempo, cuando los años de plomo etarra, nos sorprendieron imágenes televisivas de asesinatos en USA por el robo de unas zapatillas; eso no podía suceder aquí pero ya estaba sucediendo con un odio político incongruente con la situación económica y social.
La banalización de la violencia, el odio y el sectarismo al menos en dos comunidades; y ahora se ha desbordado por toda España.
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