Interesante artículo de Eduardo Goligorsky en Libertad Digital (10/6/2018) sobre las espectativas políticas tras el nombramiento del nuevo gobierno, que tanto ha sido celebrado en medios progres.
Lo único claro es que no es un gobierno de transición hacia unas elecciones sino que pretende estar ahí dos años.
VOTAN CONTRA ESPAÑA.
El Poder Legislativo del Reino de España está viciado por la intervención en los debates y las votaciones de diputados y senadores que se jactan de defender la existencia y los intereses de una sedicente repúblika que, si bien carece de existencia jurídica y de reconocimiento internacional, usurpa instituciones y territorios de dicho reino. En los países normales, los legisladores representan a partidos cuyos programas, a menudo contrapuestos, ofrecen medios para hacer progresar la sociedad y resolver sus problemas sociales, económicos, culturales y de seguridad. En España, no. En España hay un bloque que vota, abierta y deliberadamente, contra España.
Sucias componendas
La presencia de este bloque antiespañol dentro del Congreso
de España podría interpretarse como una anomalía insólita condenada a
figurar en los manuales de historia como una nota al pie de página, si no fuera
porque sus votos pueden ser decisivos en situaciones críticas para el país
infectado por esta gangrena. Una gangrena que se agrava cuando existen una o
más fuerzas políticas que, aunque ajenas al bloque hostil, están predispuestas
a entrar en sucias componendas con él para arañar una parcela de poder. Como
acaba de suceder con la moción de censura. El camaleónico Pedro Sánchez llegó a
la Moncloa impulsado por la tropa vergonzosamente disciplinada de su partido y
por los votos de la entente republikana secesionista, de la escoria
chavista.leninista, de los postetarras y de los extorsionadores peneuvistas.
Es ilustrativo que un grupo selecto de la intelectualidad
progre se sume al contubernio antiespañol y anticapitalista para ensañarse
con Albert Rivera porque su partido es el único que se negó a compincharse
con los descuartizadores de España y, además, los denunció sin remilgos. Dos
artículos gemelos pretenden denigrarlo y solo consiguen demostrar que Rivera y
Ciudadanos actúan como antídotos contra las miserias que polarizan a sus
detractores. Las dos piezas tóxicas son"La derrota de Rivera", de
José Ignacio Torreblanca, y "Magistral", de Almudena Grandes (El
País, 4/6). Torreblanca recibió los bien ganados plácemes del supremacismo
riverafóbico en el artículo "Vergüenzas y reproches", del gurú
enredador Enric Juliana (LV, 5/6).
Grosero desparpajo
La marabunta hispanófoba desplegó sus planes con grosero
desparpajo. Nadie podía engañarse acerca de su objetivo final: el cercenamiento
de cuatro provincias del territorio español para montar en ellas un bantustán
ataviado de repúblika. La prensa se ha hecho eco de las discusiones entre los
talibanes puigdemontistas y los embaucadores -que no pragmáticos- del
PDECat y ERC acerca de cuál era la mejor táctica para alcanzar ese objetivo.
Antes de la votación, el estratega Francesc-Marc Álvaro aconsejó optar por la
labor de zapa subrepticia en el terreno codiciado ("La moción de los
soberanistas", LV, 28/5):
La línea de Puigdemont y su entorno -consistente en acumular
gestos que pongan en evidencia los tics autoritarios del Estado- consigue
algunas victorias mediáticas pero tiene costes importantes: va postergando la
creación del nuevo Govern y exige dedicar más energías a la agitación que a
establecer una política coherente de resistencia, que ponga las luces largas.
Ungido por la trama
Cuando se aprobó la moción de censura y el ungido por la
trama hispanófoba accedió a la presidencia del Gobierno, Álvaro no ocultó
su satisfacción, con un toque irónico que, paradójicamente, los definía a él y
a sus cofrades como lo que en realidad son: enemigos de España. Después de
citar una frase del diputado de la repúblika espuria Carles Campuzano ("No
se puede gobernar contra Catalunya"), Álvaro escribió ("No contra
Cataluña", LV, 1/6):
Una lección de gran categoría el mismo día que prosperó una
moción de censura del PSOE contra el conservador Rajoy gracias al concurso
indispensable de los independentistas catalanes, aquellos que los medios de la
caverna y Rivera denominan "enemigos de España".
Pues sí, la lección de gran categoría es la que se desprende
del amancebamiento del PSOE con quienes desarrollan dentro y fuera de España campañas
de odio contra el país donde nacieron y del que sus discursos y sus actos
los convierten en enemigos contumaces. Agrega Álvaro, recordándole a Sánchez
que es rehén de esos votos hipotecados:
Ahora bien, el discurso que pronunció ayer el candidato del
PSOE incluyó varias veces la palabra diálogo, lo cual lo compromete
solemnemente, no solo ante los partidos que lo votan, también ante todos los
catalanes, tengan las ideas que tengan.
Nuevamente un sectario de la corriente ideológica que borra
del mapa a más de la mitad de los ciudadanos de Cataluña se apropia de la
representación de todos ellos, "tengan las ideas que tengan". ¿Y el
diálogo? Otro engañabobos de los falsarios. También el racista Quim Torra
(Pedro Sánchez dixit) repitió tropecientas veces la palabra diálogo cuando
habló en el Cercle d’Economía y después prohibió que le formularan preguntas.
Manel Pérez, subdirector de La Vanguardia, se quejó ("Sorpresas y
augurio", 1/6):
Mal sabor de boca dejó que Torra no aceptase preguntas. Mal
augurio cuando se habla de diálogo.
No nos engañemos. El diálogo que ha exhumado y alabado Quim
Torra en sus escritos sobre los años 30 del siglo pasado es el de las pistolas:
rompehuelgas contra anarquistas. Y el que proponen ahora los supremacistas a
los constitucionalistas equivale a aquel en que el criado negrito se limitaba a
responder al amo blanco: "Sí, buana".
El pelele humillado
El pelele deberá acostumbrarse a que los titiriteros que lo
sustentan con sus votos lo humillen y maltraten como siempre lo han hecho los
totalitarios con sus servidores: los nazis con los colaboracionistas y los
comunistas con los tontos útiles. Pilar Rahola le recordó crudamente, antes de
la votación, que sus flamantes patrones le concedían un favor inmerecido y
manifestó el asco que le inspiraba la pestilencia del pacto con un español que
parecía incorporarse, complaciente y complacido, a la operación contra la
integridad de su patria ("Pinza en la nariz", LV, 29/5):
Me parece que su posición [la de Pedro Sánchez] será más
tolerante respecto de la causa catalana. Pero incluso así, hay momentos en que
debemos taparnos la nariz para expulsar un mal mayor, a la espera de volver a
jugar el resto de la partida. Esa posición del soberanismo demostraría tres
cosas: madurez política, inteligencia estratégica y generosidad cívica. Y sí,
serían votos con la nariz tapada, pero el PSOE también debería taparla.
La pregunta del millón
Sin embargo, la pregunta del millón gira en torno de los compromisos
que Sánchez ha asumido con los propietarios de los votos que lo sacaron de
la inopia. Los medios de comunicación han divulgado cuantos conciliábulos
mantuvieron los genuflexos del PSOE con los comisarios políticos del PDECat,
ERC y Podemos, salpicados con los exabruptos berlineses de JxCat. Pero se
desconoce el contenido de los pactos.
En su artículo arriba citado, "No contra
Catalunya", Francesc-Marc Álvaro nos da una pista con la picardía del
tahúr que sabe cuáles son los naipes marcados. Pregunta, refiriéndose a la
cesión de votos a los mendicantes:
¿A cambio de qué contrapartidas? De las que se aplican y no
se dicen, porque así se pueden realizar.
Gobierno anoréxico
Más claro, imposible. Levantada la insuficiente barrera del
artículo 155, los supremacistas salen en manada, pasando por encima de los
ciudadanos libres e iguales, con el confesado propósito prioritario de
arrebatar al Gobierno anoréxico de Pedro Sánchez el control de las finanzas y
de reponer en sus cargos a los depredadores prófugos y presos, que recaerán en
el delito de la sedición compulsiva, con embajadas difamatorias, medios de
comunicación proselitistas, escuelas adoctrinadoras, calles amotinadas,
sociedad fracturada y empobrecimiento asegurado por la fuga de empresas e inversores.
Las urnas de un referéndum ilegal fueron el fetiche
de la minoría secesionista catalana. Hoy, tal como exige el insobornable –y por
eso anatematizado– Albert Rivera, las urnas de un proceso electoral intachable
deben ser el instrumento legal de todos los patriotas cívicos, catalanes y
vascos incluidos, para salvar a España del caos.
PD: No comparto el talante de los tertulianos y
formadores de opinión que se creen infalibles. Nada me complacería más que
tener que retractarme de algunas de las imputaciones que vierto en este
artículo si Pedro Sánchez practicara un nuevo giro en su política errática y se
colocara al lado de Albert Rivera en la defensa de la unidad de España, frente
a los invasores que ya okupan las cuatro provincias catalanas y reclaman muchas
más. El nombramiento de Josep Borrell y Fernando Grande Marlaska enciende una
luz tenue al final del túnel, porque su rigor intelectual y lealtad a la
Constitución los convierte -hasta donde las debilidades humanas permiten
suponerlo- en las figuras más fiables del nuevo Gobierno. ¡Controle,
Ciudadanos!
Composición del nuevo gobierno.
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