A vueltas con el antielitismo hispano, que por lo visto se extiende también al resto del mundo, vemos que se ceba también en la política. No hay entorno en que las exigencias curriculares, de experiencia y amueblamiento mental, sean menos valoradas.
Las causas de esto son diversas y se me ocurre que la cooptación por el lider no es mejor que la elección en primarias. En el primer caso el lider tiene la tentación de excluir a quien pueda hacerle sombra, en el segundo caso los militantes se fijan en cualidades que quizá no sean necesarias para la gobernación.
Ante este panorama podríamos seguir este itinerario: elección de los candidatos entre aquellos que hayan superado un "examen" de patriotismo, historia, honradez personal y trayectoria profesional al margen de la política. Las exigencias para los cargos de gestión se compadeceran con la elección de los representantes con voto personal variando la crcunscripción.
Aplicación radical del principio de subsidiariedad, evitando que las competencias del Estado sean transferidas a las CCAA.
El corpus electoral y la militancia de los partidos no sirven, ya que generalmente quieren verse reflejados en sus líderes, y dada la poca formación humana y política en España esto tiende a la selección negativa.
El órgano decisorio debe ser un comité de notables del partido, "consejo de ancianos", que eligen entre los que han superado el proceso selectivo para ser cargo.
No están los tiempos para entregar el poder a aventureros y enemigos de la Nación.
"Sueños".