El día 17 de febrero, el panorama político cambió en España con un vuelco inesperado de la situación.
En los días anteriores, tras las elecciones en Castilla y León, Isabel Díaz Ayuso había insistido en la necesidad de convocar el congreso del PP en la Comunidad de Madrid. Esto era secuela de la declaración de Juan Manuel Moreno sobre el retraso de la convocatoria de elecciones en Andalucía. La contestación de la dirigencia nacional a Isabel declaró roto el "alto el fuego" que presidía las relaciones entre ellos y la Presidenta de Madrid. El jueves 17 nos desayunamos con una publicación, en dos medios digitales, en El Mundo y en el Confidencial; en ellos se decía que el PP, desde empresas públicas del Ayuntamiento de Madrid, había intentado contratar a agencias de detectives para espiar al entorno de la Presidenta; todo por un contrato de mascarillas mediado por su hermano. De manera inmediata, IDA se presentó a una declaración en TV, radio y otros medios, donde denunciaba la actuación, achacándola a la cúpula del PP y señalándola como el origen de todo. Declaró que en septiembre, en Génova, le mostraron un documento filtrado de Hacienda, donde se señalaba un contrato de 1 millón de euros mediado por su hermano; paralelamente aclaró el caso y mostró los documentos de Intervención, Secretaría General Técnica y la declaración a Hacienda de su hermano.
Tras esta exposición, saltó a la palestra el Alcalde de Madrid que negó cualquier implicación del Ayuntamiento. A la hora de comer, y coincidiendo con el telediario, Teodoro García Egea anunciaba la apertura de un expediente informativo a Ayuso por acusar "falsamente" a la dirección del PP. Esa misma tarde un medio digital publicó una entrevista al director de una de las agencias de detectives que había sido contactada, residente en Colombia; este hombre señalaba a gente del PP de empresas municipales, en concreto de la Empresa Municipal de Vivienda, produciéndose la inmediata dimisión de su gerente, Ángel Carromero.
Al día siguiente, viernes 18, Casado, que había mantenido silencio hasta entonces, declaró en "Herrera en la Onda" que asumía poseer un documento, filtrado por Hacienda, y acusar a Ayuso de falta de ética sin especificar por qué no lo había llevado a la fiscalía, quién estaba detrás y si hubo chantaje a aquella; inmediatamente Ayuso en nuevas declaraciones contó el caso con pelos y señales, desmontando cifras y con los documentos originales; desveló otros trabajos de su hermano para Madrid y otras CCAA, señalando a su portal de transparencia frente a la opacidad de otras operaciones del Gobierno de España.
Esto era el final de la cúpula del PP y no sabemos si Casado no será inputado por delitos de revelación de secretos.
Por la tarde del viernes, sin saber que era ya un zombi, Casado contactó con Ayuso ofreciéndole cerrar el expediente si negaba publicamente la implicación de la dirección nacional en el espionaje; ella se negó. Horas más tarde, le comunicaron el cierre del expediente, declararon suficientes las explicaciones de aquella y todo sin contrapartidas. Los dioses ciegan a quienes quieren perder.
¿Se puede pensar que "alguien" del entorno de Ayuso, que ha tenido 5 meses para preparar la información defensiva, no ha organizado este rejón de muerte contra la cúpula del PP?¿Se puede ser más ciego e ingenuo como para ir a Herrera en la COPE y reconocer que se ha tenido acceso a información sujeta a la Ley de Protección de Datos sin acudir a la fiscalía?
Pues aun así, Pablo Casado no se da por satisfecho, con que le permitan dimitir en diferido en el congreso a celebrar a principios de abril, y cree que se le ha tratado injustamente. Reconoce la candidatura de Núñez Feijóo pero no deja de enredar y denuncia una conspiración en su contra.
Con esta gente nos jugamos los cuartos.
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