Parece de todo punto imposible que se pueda mantener la presencia de España, entre las naciones punteras, teniendo un sistema político que parece abonado a la selección negativa.
Aquí va una propuesta de cambio en el sistema político, un poco humorística, producida al leer el currículum profesional de la Ministra Aído.
El ejecutivo debería ser nombrado, tras un análisis pormenorizado de la formación profesional, académica y práctica de sus miembros, en una especie de concurso oposición y sujeto a moción de censura por el Parlamento.
El Parlamento, electivo, se elige con listas abiertas o en circunscripciones pequeñas entre candidatos con nombres y apellidos, quiero decir que se elige a la persona, aunque los apoyen partidos políticos y otras asociaciones y personalidades, es el poder legislativo.
El poder judicial debe ser independiente y estar compuesto por jueces y magistrados, no me importa si del primer o del cuarto turno, pero ellos eligen el CGPJ y se garantiza un acceso justo a los diferentes puestos.
El Tribunal Constitucional se nombra, con juristas de reconocido prestigio, por el Parlamento como cargo de por vida, aunque se pueda perder la condición en casos especiales o por dimisión; los candidatos reciben el visto bueno, justificativo y exclusivamente por motivos profesionales, del CGPJ.
En cuanto a la monarquía, y teniendo en cuenta la nefasta experiencia de las dos repúblicas, la cambiaría por un consejo de regencia o de notables que fuese vitalicio y estuviera compuesto por un pequeño conjunto de representantes de las instituciones orgánicas de la sociedad, electos de un grupo mayor, las instituciones de la sociedad civil son muchas, su función sería la misma que actualmente desempeña el Borbón.