12 mar 2013

Conspiración

Mayo de 1945. Soldados americanos y soviéticos se abrazan junto al Elba. Meses más tarde, Winston S. Churchill, lanza su famosa definición del "telón de acero", una frase que inmediatamente hace fortuna.
















El miedo, un gran miedo predomina a escala mundial: son los días de la doctrina Truman, del Plan Marshall y del Pacto Atlántico; pero también los días del golpe de Praga, del Kominform y del bloqueo de Berlín.
















La posguerra de 1945 había traído la división del mundo en dos bloques y el afianzamiento de dos potencias gigantes; la carrera de armamentos y la posibilidad de un bombardeo atómico incrementaban el peligro de una conflagración mundial. Pero en 1960, el presidente americano electo Kennedy presentó en la Universidad Americana de Washington un programa de distensión y desarme como objetivo a lograr en su mandato.














 



En el otro lado, desde 1953, se había hecho con el poder Nikita Kruschev, obligado a un continuo rearme soviético para mantener cierto nivel de equivalencia con el gigante americano. Kruschev desmontó la leyenda de Stalin en el 20 congreso del PCUS (1956) y optó por favorecer en la balanza la mantequilla frente a los cañones. 












 



El camino para ambos mandatarios no era fácil. Rusia se encontró con sendas rebeliones en Hungría y Polonia, hubo la crisis de Suez, el problema de Berlín y la revolución cubana. El complejo militar-industrial americano no veía con buenos ojos los deseos de paz de Kennedy que incluso ponían en riesgo sus intereses corporativos.







La reacción del aparato de inteligencia fue colocar palos en las ruedas; un desertor americano: Lee Harvey Oswald pudo revelar a los soviéticos conocimientos secretos sobre radares que les permitieron derribar el U2 de Francis Gary Powers. Pero Oswald era un doble agente, un agente provocador. Su siguiente trabajo sería en Nueva Orleans mezclado con los cubanos anticastristas.
















En octubre de 1962 la crisis de los misiles puso en riesgo la paz y aproximó al mundo a una conflagración nuclear. Las conversaciones secretas entre Kennedy y Kruschev dieron fruto y en el último momento los navíos soviéticos dieron la vuelta. Sin embargo, la sospecha de un acuerdo entre ambos mandatarios para llegar a una detente, la retirada de los misiles americanos en Turquía, el otorgamiento de seguridad a Castro por Kennedy y un tratado de reducción de pruebas nucleares fueron la contrapartida.







Kennedy cayó asesinado en Dallas el 22 de noviembre de 1963 al parecer por un tirador "solitario", nuestro viejo amigo Lee Harvey Oswald. Kruschev fue destituido, pocos años después en la URSS, al fracasar en su política agrícola y en la detente. La guerra fría se convirtió en caliente en Vietnam.
 

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