Ha muerto el físico y divulgador de la ciencia.
Hawking decía que no tenía miedo a la muerte, pero que tampoco tenía "ninguna prisa" por morirse. "Hay tantas cosas que quiero hacer primero", aseguraba. El astrofísico ateo estaba convencido de que "el cerebro no es más que un ordenador que dejará de funcionar cuando sus componentes fallen" y de que no hay nada después de la muerte. "El cielo", aseguraba, "es un cuento de hadas para las personas que tienen miedo a la oscuridad". Pero por eso mismo, para Hawking, el sentido de la existencia solo podía derivarse "del valor de nuestras acciones" en este mundo. Desde esta óptica, nadie podrá negar que el astrofísico dio una lección ejemplar con su vida, no sólo como científico volcado en descifrar los misterios más profundos del universo y trasladarlos a toda la sociedad, sino como luchador infatigable contra la condena de su despiadada enfermedad.
Hawking decía que no tenía miedo a la muerte, pero que tampoco tenía "ninguna prisa" por morirse. "Hay tantas cosas que quiero hacer primero", aseguraba. El astrofísico ateo estaba convencido de que "el cerebro no es más que un ordenador que dejará de funcionar cuando sus componentes fallen" y de que no hay nada después de la muerte. "El cielo", aseguraba, "es un cuento de hadas para las personas que tienen miedo a la oscuridad". Pero por eso mismo, para Hawking, el sentido de la existencia solo podía derivarse "del valor de nuestras acciones" en este mundo. Desde esta óptica, nadie podrá negar que el astrofísico dio una lección ejemplar con su vida, no sólo como científico volcado en descifrar los misterios más profundos del universo y trasladarlos a toda la sociedad, sino como luchador infatigable contra la condena de su despiadada enfermedad.
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