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22 may 2025

Victoria en Europa

El día 9 de mayo se recuerda la victoria de los aliados en Europa, todavía faltaban tres meses para la victoria total. 

El cambio de paradigma iba a ser absoluto; la Europa anterior a 1914 no tendría nada que ver con lo que posteriormente aparecería. El fin de la hegemonía europea, de las viejas naciones independientes de Europa y el surgimiento de imperios gigantescos regidos por las ideologías totalitarias opresivas; como dijo Ortega, "la rebelión de las masas". 

 

 

 

Los regímenes monstruosos dirimirían sus conflictos con armas terribles insospechadas en el pasado -"El Mundo de Ayer"-. El capitalismo mundial tras limpiar el escenario con la crisis del 29 se dispuso a financiar esos neoimperios para crear un nuevo orden mundial que lo iba a hacer más rico y poderoso. 

 

El impulso disolvente de la Revolución Francesa se encarnó en el Imperio Napoleónico que fue el envoltorio del desarrollo financiero de los Rothschild, cuando Napoleón no fue útil se determinó la voladura de su poder imperial. El Congreso de Viena intentó frenar la revolución por la vía de adecuar las viejas naciones a los nuevos tiempos; desaparecieron el Imperio Español, el Portugués y se debilitaron los imperios Austríaco, Ruso y Turco. 

Tras la Primera Guerra Mundial los imperios centrales, el Imperio Ruso y el Turco desaparecieron, entrando la humanidad en la nueva etapa de "las masas". Los poderes financieros monopolistas armaron y desarrollaron a la URSS y al Tercer Reich para después destruirlos; no olvidemos que el apóstol de los poderes anglosajones, Churchill, era hijo de madre norteamericana. 

La Segunda Guerra Mundial deshizo definitivamente la posibilidad de un Imperio Alemán y entronizó la Guerra Fría que en 1990 terminó con la implosión de la URSS; el poder monopolar anglosajón está siendo sustituido por un poder global unificado financiero capitalista en el que una élite global se impondrá a un caos multicultural de esclavos abocados a la desaparición.

 

 

En estas direcciones se aprecia la historia de auge y declive de los imperios Nazi, Soviético y Americano que darán paso a nuestra época. 

El capital americano financiará Alemania y la URSS nutriendo esa hidra antihumana que se ha hecho fuerte hoy día.

 

https://www.rtve.es/television/20221019/hitler-estados-unidos-dinero/2179901.shtml

https://archivoshistoria.com/fue-decisivo-el-envio-de-material-belico-a-la-urss-durante-la-segunda-guerra-mundial/

https://piratasyemperadores.com/revolucion-bolchevique-banqueros-wall-street-sutton/

12 oct 2016

Defensa de la Hispanidad


Día de la fiesta nacional, como todos los años se manifestarán por las calles de España grupos de hispanoamericanos protestando por lo que llaman el genocidio indio; y es que nuestra fiesta se celebra el día de la raza, es una fiesta inclusiva que engloba a todos los pueblos iberoamericanos. Las manifestaciones están propiciadas por cierta izquierda que ahora se agrupa alrededor de PODEMOS. Estamos ante el enésimo cuento de la hegemonía de Laclau. La verdad puede que sea difícil pero es verdad; verdad relativa según las pruebas conocidas en cada momento. 






A lo largo de la historia las civilizaciones se han extendido en proporción a su fuerza, traspasando su armazón tecnológico y así el comodoro Perry impulsó la revolución Meiji en Japón o las potencias colonialistas han impuesto el artefacto Estado-nación en el mundo entero, independientemente de la tradición de esos pueblos primero colonizados y posteriormente descolonizados. España en cuanto parte de Occidente, pero también como civilización española, trasladó Europa a Iberoamérica y sí, los pueblos tuvieron que someterse; era la hora de Occidente, la hora de España. Tampoco debe olvidarse que tanto los aztecas como los incas eran pueblos invasores que oprimían a otros pueblos vencidos, y ésta constituye la gran contradicción de los indigenistas y tercermundistas que hacen del imperialismo su principal lucha, olvidando que los pueblos precolombinos eran tan imperialistas como los europeos. Los aztecas habían venido del norte y masacraban a los pueblos vencidos en la guerra. A la llegada de los españoles, para muchos indígenas mexicanos, los imperialistas eran los aztecas y Hernán Cortés fue visto en un primer momento como un libertador, y para los propios aztecas era el retorno del vengador Quetzalcóatl. A los escasos españoles les habría resultado muy difícil la conquista de México de no haber contado con la ayuda de cientos de miles de indios tlaxcaltecas que se sumaron al ejército invasor, animados por el deseo de venganza contra los aztecas.



    






Los incas también habían invadido las tierras que ocupaban; desde la pequeña ciudad insalubre de Cuzco, a la que estaban relegados al comienzo, fueron dominando a sus vecinos por la violencia, los aimará entre ellos, imponiéndoles su lengua, su religión, su cultura. Del mismo modo que Cortés, Pizarro obtuvo el apoyo de tribus rivales para derrotar a los incas, contó con la ayuda de Huáscar para derrotar a Atahualpa.









En cuanto al descenso demográfico indio después de la conquista, su causa hay que buscarla menos en la espada de los conquistadores y más en las enfermedades contagiosas, la viruela y el sarampión, transmitidas por estos a poblaciones carentes de defensas inmunitarias. La mentira demográfica, además, ha engordado las cifras. La América precolombina era casi un desierto: sus dos principales polos de población, Perú y México, no contaban cada uno más de tres o cuatro millones de habitantes y el resto de las dos Américas más o menos otro tanto (léase La population du monde. De l'antiquité à 2050, Bordas, 1991). 






España hizo el papel que Roma había desempeñado en España: civilizar, proceso inevitable, con la creación de pueblos mestizos, universidades y una cultura universal. Roma destruyó pueblos, hizo desaparecer culturas pero la península ibérica entró en el mundo. Si España no hubiese actuado en América, otras potencias (quizá hasta China) sí lo hubieran hecho. No comulgo con los que elevan a la categoría de mito nacional a los conspiradores de Las Cabezas de San Juan, creo en el sencillo patriotismo de los soldados británicos: "con el Rey con razón o sin ella". Ya cambiaremos al Rey, primero la nación.

2 jul 2013

USA

En el siglo XX todos los habitantes del mundo occidental, y al final todos los moradores del resto del planeta, vivieron mentalmente en dos países, el suyo propio y Estados Unidos de América. Sin embargo, a diferencia de otros Estados, en su ideología nacional Estados Unidos simplemente no existe. Sólo alcanza metas. Su identidad colectiva sólo surge para ser el mejor, el más grande, el país superior a todos los demás y el modelo reconocido para el mundo.






 






Hablamos de un país en el que siempre el número de residentes nacidos fuera de allí es un tercio del total, y eso sin contar a turistas, hombres de negocios y estudiantes. USA ha sido el mayor importador de capitales, personas y mercancías; ha sido el mayor exportador de capitales y mercancías. USA ha ganado la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría y se nos manifiesta como el Hegemón absoluto. 






 






Pero en su relativamente corta existencia, ha ido variando de identidad cultural en función de las nacionalidades que constituían el grueso de los inmigrantes recibidos, se ha mezclado con las culturas de los lugares donde ha desempeñado guerras y ha tiempo que perdió la edad de la inocencia respecto a Europa. No tiene amigos permanentes sino intereses permanentes, mira más a Extremo Oriente que a Europa y tanto el fin de la URSS como la conversión del Mercado Común en Unión Europea le producen desconfianza. 







 






Debajo de un patriotismo algo ingenuo aparece la desvalidez de una ausencia identitaria. El día que deje de ser la superpotencia, el conflicto está servido a no ser que exporte al resto del planeta su diversidad.

21 oct 2012

El Imperio Americano

A lo largo de la historia, los diversos imperios que han existido se han constituido en relación con los condicionantes económicos y tecnológicos, siguiendo siempre las categorías de tiempo y lugar. El Imperio Americano, heredero del Inglés, es material y espiritualmente distinto a éste. Los ingleses hicieron evolucionar su imperio hacia un mecanismo de obtención de materias primas y mercados que requería el control de la soberanía del territorio. Los USA utilizan su poder para realizar esos mismos negocios con naciones más o menos soberanas; sin embargo, los norteamericanos no están exentos de razones espirituales que van más allá de la carga del hombre blanco. 








                                









Casi desde el momento de su independencia, los USA han sido una potencia al menos de índole regional, y esto ya lo vio Napoleón en su prisión de Santa Elena. La existencia de colonos americanos en los territorios de Nueva España, muy despoblados, llevó a conquistar las provincias del norte de Méjico, luego el hundimiento accidental, si no autoprovocado, del navío USS Maine les dio la excusa para llevar a la práctica el deseo señalado 70 años antes por el Presidente Monroe. El trato dado a España posteriormente, los americanos compraron Cuba, Puerto Rico y Filipinas, demuestra ya una cierta preocupación por la moralidad de sus actos, al menos de forma aparente, de cara a su propia opinión pública.






 







La intervención en la Primera Guerra Mundial, con unos USA constituidos en la primera potencia económica que no militar, pone de manifiesto un interés en las cosas de la gobernanza mundial, aunque todavía ese interés no alcanzaba a convencer a amplias capas de su élite ni al pueblo. La intervención fue consecuencia del hundimiento del navío comercial Lusitania que, ahora, sabemos se produjo tras el aviso dado por Alemania de que conocía la existencia de transporte ilegal de armas y repuestos bélicos para Inglaterra. El Presidente Franklin Delano Roosevelt, a pesar de ser un "liberal" convencido, casado con una mujer criptosocialista y el padre del programa socialdemócrata New Deal, comprendió que una potencia del tamaño y poder de los USA debía ejercitar ese poder o de lo contrario generaría un vacío que llevaría a la agresión. 







 








La excusa para entrar en la Segunda Guerra Mundial fue el ataque a Pearl Harbour, producido sin previa declaración de guerra, aunque los americanos sabían que se iba a producir y por eso preservaron sus grandes portaaviones. Todo cambió tras la guerra, el enfrentamiento de bloques y su poderío llevaron a los USA al liderazgo de Occidente y, como dijo el Presidente Eisenhower, al predominio nacional del complejo militar e industrial.



















La Historia de la guerra fría está salpicada de guerras calientes, como la de Corea (tablas) y la de Vietnam con derrota de la Superpotencia. La excusa para bombardear masivamente Vietnam del Norte fue el famoso incidente del golfo de Tonkín, donde los norteamericanos simularon un ataque a sus navíos. La victoria en la guerra fría, y el mundo de la globalización e internet, lleva a nuevos retos al Hegemón resultante. ¿Cuál será el papel de las organizaciones plurinacionales de defensa que se crearon en la guerra fría?¿Cuáles los retos de esta posguerra fría?







 







La primera de las amenazas que prevalece en estos tiempos es la de la "guerra en red", redes armadas de actores estatales y no estatales. Incluyen grupos paramilitares organizados en torno a un líder carismático, señores de la guerra que controlan territorios concretos, células terroristas, voluntarios fanáticos como los mujahidines, organizaciones criminales, unidades de fuerzas regulares u otros cuerpos de seguridad estatal, así como mercenarios y compañías militares privadas. 







 








Un segundo tipo de guerra es la llamada "guerra espectáculo". Es la guerra que lleva a cabo principalmente Estados Unidos. La guerra espectáculo implica guerra a larga distancia, utilización de aviones ultramodernos y tecnología de misiles o, para prevenir bajas en las filas propias, "guerra por poderes", como la de la Alianza Norte en Afganistán.







 







El tercer tipo de amenaza puede describirse como "guerra neomoderna". Y tiene en cuenta la evolución de las fuerzas armadas clásicas en los grandes países en transición. Estos países están experimentando una transición: de economías centralizadas, están pasando a sistemas más abiertos al exterior y orientados al mercado, que, sin embargo, son lo suficientemente grandes como para mantener un sector público considerable e impedir la descomposición. Los ejemplos típicos son Rusia, China y la India. 







 






Ante este panorama, la perspectiva norteamericana, y sobre todo tras los ataques del 11 de septiembre, se reafirma en el uso de la fuerza como instrumento de política exterior y en su sesgo hacia un unilateralismo que olvida demasiadas veces el derecho internacional. La alianza radical y estabilizadora entre USA y Europa propia de la guerra fría, que apoyaba el Mercado Común, no se compadece con la desconfianza y desinterés de los USA actuales frente a la burocrática UE y al euro. La disminución de fuerzas norteamericanas en Europa es consecuencia de esto y de la necesidad de tropas en otros escenarios (Iraq o Afganistán), por eso de manera paralela a Rusia, aunque no sincrónica ni tan rápida, los USA retiran efectivos de sus bases en Centroeuropa permaneciendo en las bases mediterráneas: Rota, Morón, Aviano e Incirlik con jefatura en Inverness.







 







La llamada primavera árabe, que no se podría haber producido sin el visto bueno de los USA y que tiene como característica la subida al poder de gobiernos islamistas (promocionan la caridad), la crisis económica que desestabiliza a Europa, el surgimiento de tensiones nacionalistas en todo el globo y el creciente interés norteamericano en los países asiáticos productores de petróleo y el sudeste asiático, van a marcar en buena medida la evolución de los acontecimientos y la acción hegemónica de los USA, con la posibilidad de guerras calientes en China, Palestina y en el mundo árabe, sin contar la política occidental de rapacidad en África.

24 sept 2012

China hoy en día

En el mundo antiguo, cuando Roma surgía como potencia naciente, el emperador chino Qin Shi Huang terminó manu militari con la conquista de los reinos combatientes y creó, de hecho, el Imperio Chino. Ambas superpotencias no interactuaban directamente, no tenían fronteras comunes, las vías de comunicación comercial (ruta de la seda o de las especias) eran casi un secreto. Sin embargo este desconocimiento no era óbice para que los acontecimientos en cada una de esas entidades influyesen en la otra.







                                    






En época de Imperio Romano fuerte, los bárbaros asediaban China, en época de Imperio Chino fuerte los germanos asediaban Roma. En la Europa del siglo XIII todavía creían en el Preste Juan, rey cristiano mitológico de China. Marco Polo de hecho nos ha trasmitido la Historia de China en su libro del Millón donde queda constancia de la repulsa de los emperadores a intervenir fuera del hinterland chino, como queda demostrado en la historia del almirante Zheng He que vio su escuadra destruida y después la prohibición de construir otra, poniéndose de manifiesto el deseo de aislamiento chino.  El deseo de aislamiento chino se ha visto roto modernamente tras la escisión maoista del comunismo, por imperativo del internacionalismo proletario, saliendo China trasquilada de Kenia y Tanzania, pero hoy día el tremendo superávit comercial y sus intereses en todo el mundo la fuerzan a intervenir.








 






China al contrario que el Imperio romano, destruido en su versión occidental en el 475 d.C. y en su versión oriental en 1453 d.C., pervive hoy en día, y eso a pesar de las muchas guerras civiles que jalonan su historia, por citar solo las últimas: la instauración de la República por Sun Yat Sen y las consiguientes rebeliones, la época de los señores de la guerra, la invasión japonesa de Manchuria que desemboca en la II Guerra Mundial y la guerra civil que, entre 1945 y 1949, enfrentó al comunista Mao Tse-Tung con el líder nacionalista Chiang Kai Shek.








 









En realidad, a pesar de esta sucesión de guerras y levantamientos, China siempre vuelve a estar unida; tras la derrota de la dinastía Manchú en las guerras del opio que propiciaron un envilecimiento de la población y en la práctica su sometimiento casi colonial, con los comunistas China vuelve a estar unida y fuerte. No sabemos la causa de ese fenómeno, quizá el realismo chino menos audaz y espiritual que en Europa, quizá la existencia de una base étnica y lingüística común, pero la realidad es que el Imperio pasó a nación china y ésta a república popular multinacional.








 







En el momento en que se produjo la entrega de Hong Kong a China, ésta escenificó la entrada del ejército en la plaza utilizando un pequeño pelotón de soldados, toda la transición de China se escenificó en la plaza de Tiananmen, no cabe duda de que Teng Hsiao Ping ha sido un consumado escenógrafo para llevar a China a ser un país de dos sistemas económicos o gato blanco gato negro no importa si caza ratones, tesis del más descarnado pragmatismo.
















Lo cierto es que una entidad política tan antigua como el Imperio Romano ha pervivido hasta nuestros días y se constituye en potencia global emergente en la época de la globalización.

10 dic 2010

Segunda Guerra Mundial

Antes de la Segunda Guerra Mundial, los USA eran una potencia que lideraba todos los campos excepto el militar, pero no es posible desentenderse del balance de poder, si una potencia se retira, generando un vacío, atrae la agresión. La vigilancia en relación con el poderío japones en el Pacífico y el crecimiento imperial de Alemania llevaron a USA a preparar su intervención, inicialmente ayudando al Imperio británico.





















La política de fuerza nazi para construir el Gran Reich, y la conquista de "espacio vital" (lebensraum), respondían sobre todo a las decisiones, muchas veces imprevisibles, de Hitler. Al imponer su iniciativa impulsó una política de hechos consumados como la anexión del Sarre en 1935, en ese mismo año se estableció el servicio militar obligatorio, el rearme de Alemania y la creación de la fuerza aérea (Luftwaffe).























En 1936 se remilitarizó Renania, en contra de lo establecido en Versalles. La política de apaciguamiento, planteada por el primer ministro inglés Neville Chamberlain, fracasó en su intento de frenar la guerra. Esta política suponía que Gran Bretaña no se opondría frontalmente a la acción exterior nazi y permitiría la política expansionista alemana.




















En marzo 1938 se produjo la anexión de Austria (Anschluss), pocas semanas después se produjo la ocupación de los Sudetes, en Checoslovaquia. El siguiente paso fue la convocatoria de la "Conferencia de Munich" en septiembre de 1938, en ella participaron Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia. Sin embargo, una nueva agresión alemana contra Checoslovaquia, y su desaparición como Estado quebraron la política de apaciguamiento fraguada en esa conferencia de Munich.
























Desde ese momento, comienza una carrera desbocada hacia la guerra: anexión de enclaves en Lituania, ocupación italiana de Albania, firma del "Pacto de Acero" entre Alemania e Italia. Todo se complicó con el pacto de no agresión germano-soviético de 1939... El 1 de septiembre de 1939 Alemania invadió Polonia, el 3 Gran Bretaña y Francia declaraban la guerra a Alemania.



















En el Pacífico, Japón daba también pasos agigantados hacia la guerra: autoritarismo militar y reforzamiento del poder imperial; al igual que Alemania, buscaba un "espacio vital" en Asia, en el que conseguir materias primas y colocar sus exportaciones.










Firmó el "Pacto Antikomintern" en 1936 y reforzó su alianza con Alemania. Japón invadió Manchuria, en China y, a partir de 1938, anunciaba el objetivo de crear una "Gran Asia". Desde el comienzo de la guerra en Europa y el debilitamiento de las principales potencias coloniales (Gran Bretaña, Francia y Holanda), Japón emprendió su cadena de invasiones: Hong Kong, Filipinas, Singapur, etc.





















El ataque a Pearl Harbour el 7 de diciembre de 1941 fue la demostración del gran poderío militar nipón, y al mismo tiempo el golpe que forzó la entrada en la guerra de los EE.UU.




















Roosvelt entra en la guerra, y el escenario internacional cambia completamente; tras la guerra, el Imperio británico no podrá sostener económicamente su hegemonía.





















Los norteamericanos lanzaron la bomba atómica con dos intenciones: conseguir una rápida rendición del Japón, disminuyendo el número de bajas norteamericanas y hasta japonesas (el bombardeo convencional de Tokio tuvo más bajas que Hiroshima y Nagasaki juntas) y aconsejar a los soviéticos sobre el poderío norteamericano.




















Tras el fin de la guerra, en los juicios de Núremberg y Tokio, se realizó una purga al nazismo y al nacionalismo japones, eliminando a los altos cargos políticos, y se dictaron las leyes de Núremberg contra los experimentos, no consentidos, en humanos; pero los aliados ficharon a todos los científicos y mandos secundarios nazis o japoneses que pudieron, llevándose sus secretos, como Mengele o Von Braun .

5 jun 2010

La política exterior

La verdad es que, a partir de la pérdida de la hegemonía de España en el siglo XVII, nuestra política exterior se ha caracterizado por su timidez y por ser reactiva a los acontecimientos, pero nada se parece a la nefasta gestión desarrollada por el tándem Zapatero-Moratinos.






En estos momentos, y sin peligro de equivocarnos, podemos decir que no tenemos política exterior; todo lo que se trabaja en ese terreno se hace mirando al interior de España, es una parte de la política interior. Recuerdo al inefable Moratinos arrastrándose junto a Hugo Chávez y acusando al anterior gobierno español de propiciar un golpe de Estado en Venezuela o la complacencia con que Zapatero escuchaba los insultos de Chávez a Aznar, lo que obligó a intervenir al Rey en esa especie de jaula de grillos que es la conferencia España-Latinoamérica.





El logro en política exterior del que se enorgullece el gobierno, la ridícula alianza de civilizaciones, no es otra cosa que llevar la contraria a Aznar en su apuesta por la guerra contra el terrorismo de Bush. ¿Y qué decir de la retirada de Iraq o la insistencia en llamar a la guerra de Afganistán misión humanitaria?





En Hispanoamérica, y a pesar de la gran relación humana, cultural y económica ya que compartimos industrias culturales y somos el segundo inversor, nunca hemos sido tan poco respetados.







El despiste de los socialistas en materia de exteriores, su desprecio a los intereses de España como cuando el presidente se fotografió en Rabat junto un mapa que incluía en Marruecos a Ceuta, Melilla y Canarias o cuando llevó a Estrasburgo el asunto del proceso de rendición ante ETA, a mi entender pura y simple traición, llega al límite de la negligencia culpable.





La consecuencia de este ninguneo es el poco peso español en el mundo; quien vea un mapa se dará cuenta de por qué no está España en el G 20 y sí lo está Canadá.








La propia Francia, menguada económicamente pero con peso político-militar, está en la primera división; y nosotros en regional.