A partir de 1095 y durante siglos, la Europa cristiana y luego todo el Occidente combatieron al Islam bajo el liderazgo relativo de los papas (no se puede olvidar que los protestantes y los franceses, a veces, usaron la carta del Islam en sus luchas con los católicos).
Las ocho principales, que son las más conocidas, tuvieron un desarrollo parecido, la cristiandad estaba unida y era todo el Occidente, pero otras como ciertas fases de la Reconquista española o las guerras de la Santa Alianza contra el turco pueden considerarse cruzadas.
Se consideran también cruzadas las expediciones militares contra infieles paganos o contra herejes y más modernamente las desarrolladas contra los enemigos de la fe cristiana. Básicamente, parece que fueron motivadas por los intereses expansionistas de la nobleza feudal, el control del comercio con Asia y el afán hegemónico del papado sobre las monarquías y las iglesias de Oriente, aunque se declararan con principio y objeto de recuperar Tierra Santa para los peregrinos, de los cuales los turcos selyúcidas, una vez conquistada Jerusalén, abusaban sin piedad, a diferencia de los sarracenos que trataban a los cristianos con más respeto.
Ciertamente los imperativos militares ante la presión del Islam sobre el Imperio Romano Oriental y la capacidad de conquista por apostolado, por guerra o por la fuerza biológica de la sangre hacían temer a los cristianos. En aquella fase de la expansión islámica la fuerza de la fe había decaído algo en las huestes sarracenas, por eso periódicamente surgían movimientos para recuperar la pureza de la fe. El Sultán Saladino ponía a los cristianos como ejemplo de hombres de fe frente a la molicie islámica, eran otros tiempos.
Algunos autores hacen terminar las cruzadas en el siglo XVIII cuando Napoleón conquista Malta sede de los caballeros Hospitalarios quienes, herederos de los Templarios y de los Teutónicos, sólo existían para combatir al Islam; otros ven aspectos de cruzada en guerras modernas que se libraron para combatir el odio al cristianismo.
Actualmente hay una serie de autores progre-papanatas que denuestan a las cruzadas como símbolos de la intolerancia cristiana, gentes como Amin Maalouf o Edward Said no quieren comprender el origen defensivo de las cruzadas y el imperialismo intrínseco del Islam; para estos, y otros, autores Occidente siempre es y será el malo de la película y en concreto estos dos autores son de familias cristianas, es decir descienden de quienes fueron el objeto de defensa de las cruzadas. No hay en el cristianismo nada parecido a la guerra santa islámica por eso los inquisidores entregaban sus víctimas al brazo secular. Las sucesivas expansiones del Islam han sido comentadas en esta y otras entradas.
PD. Es necesario recordar y sobre todo leer a Henri Pirenne.
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