En 1969, el reto establecido por el presidente Kennedy en su particular carrera espacial con la URSS se llevó a efecto y el hombre pisó la luna. El primero que lo hizo, Neil Armstrong, murió ayer, es Historia por derecho propio.
La audaz aventura no estuvo exenta de graves riesgos. Los expertos en seguridad de la NASA se sorprenden de la suerte que tuvo el programa APOLO pues los protocolos de seguridad fueron pospuestos al fin de ganar la carrera. Armstrong tuvo que variar motu proprio el lugar del alunizaje al comprobar in situ que el elegido no era idoneo. Piloto de caza, de pruebas, ingeniero aeronáutico, profesor universitario y hombre de acción.