Decía un filósofo americano que todo patriota ha de estar dispuesto a entregar su vida en lucha contra... el gobierno. No se refería al buen gobierno sino al gobierno de trapaceros chupópteros como los que hoy hay en Europa. La medida de eliminar el dinero no acabaría ni con el dinero negro ni con la delincuencia, sería una medida totalitaria para acabar con la propiedad privada de los pobres y de paso entregarlos, atados de pies y manos, a los bancos y a las empresas de publicidad... y al Estado.
Leído en Libertad Digital
2016-03-04
Una grave noticia que ha pasado desapercibida
Jesús Laínz
A pesar de acompañar al ser humano desde que
hace tres mil años aparecieron las primeras acuñaciones, parece que al
dinero le queda poca vida. Al menos eso sugieren las noticias que con
frecuencia acelerada nos van llegando desde la UE.
La última, por el momento, es que el Banco
Central Europeo pretende eliminar los billetes de 500 euros. La excusa
aducida es su utilización por parte de delincuentes, muchos de ellos criminales
y terroristas internacionales, para blanquear dinero negro. Pero no se
comprende bien que lo que haya que eliminar sean los billetes en vez de los
delincuentes. Además, ¿no sería un primer paso muy eficaz acabar con los
paraísos fiscales?
Por otro lado, ¿acaso con la eliminación de
los billetes de 500 se acabará con la delincuencia? ¿No iba a aflorar todo el dinero
negro con el cambio de la peseta al euro? Lo que sucedió, simplemente, fue
que se pasó de las pesetas en negro a los euros en negro. Ahora se pasará de
los billetes de 500 en negro a los billetes de 200 en negro. Y después, a los
de 100. Y más tarde, a los de 50. En resumen, que lo único que se conseguirá es
tener siempre a mano la excusa para ir eliminando billetes.
La prueba de ello es que lo del billete
morado no es más que la punta de lo que bulle por debajo. Pues el objetivo de
verdad es la eliminación de todo el dinero efectivo, tanto los billetes como
las monedas. Como sus promotores saben que la idea no es precisamente atractiva
para la mayoría de los ciudadanos, se esfuerzan en acumular justificaciones. La
cúpula del Deutsche Bank, por ejemplo, arguye que el dinero efectivo es
"caro e ineficiente" y que –una vez más– "sólo sirve para los
negocios de los criminales". Por todo ello anuncian que los billetes y
monedas "serán en diez años cosa del pasado". La realidad, sin embargo,
es que en Alemania el 80% de las compras minoristas se siguen pagando en
efectivo, llegando el porcentaje a prácticamente el 100% cuando las cantidades
son inferiores a veinte euros. Ello demuestra que no estamos ante un asunto que
interese a los ciudadanos, sino al mundo de la finanza y de la política.
Evidentemente, dichas cifras son
extrapolables a los demás países europeos. Aunque quizá no a todos: en la muy
progresista Suecia, por ejemplo, hay cientos de sucursales bancarias en las que
ya no aceptan ni proporcionan efectivo. Y en la vecina Dinamarca los comercios
pueden negarse a aceptar pagos en metálico desde el 1 de enero de este 2016.
Además, el Parlamento danés ha fijado 2030 como fecha límite para la total
erradicación del dinero. ¿Motivos? Que utilizar efectivo es caro, que lleva
tiempo manejarlo y contarlo, que hay que estar vigilándolo para que no lo
roben, que el que lo usa corre el riesgo de que le atraquen y que es necesario
acabar con la economía sumergida.
¡Qué obsesión con controlar hasta la más
insignificante viruta de eso que se llama economía sumergida! ¡Qué
afán por recaudar más y más! Debe de ser que se recauda poco. Nunca en toda
la historia de la Humanidad
la carga fiscal ha alcanzado, ni de lejos, la que soportan los libérrimos
ciudadanos del siglo XXI, pero parece que a los todopoderosos Estados de la era
de la globalización todo les parece poco. Pero, paradójicamente, no ponen tanto
cuidado en evitar que lo recaudado sea despilfarrado o directamente robado por
los encargados de administrarlo. En España tenemos tantos ejemplos que da
vértigo pretender enumerarlos. Y todavía hay quienes se extrañan de que tantos
ciudadanos prefieran camuflar parte de sus ingresos para meter algo de dinero
en sus bolsillos y, de paso, evitar que acabe en los de políticos corruptos.
Por otro lado, si un ciudadano, como se ha
hecho durante milenios, prefiere guardar su dinero en su casa, pagar sus
facturas en metálico y cobrar su nómina del mismo modo o en cheque, no hay
ninguna ley que le obligue a tener una cuenta corriente en un banco.
Evidentemente –desde aquí y desde hoy lo auguramos–, no tardará en llegar esa
ley, lo que implicará, por cierto, un estupendo negocio para los bancos. ¡Comisiones
para todos! ¡Y por obligación legal!
Con todas las operaciones, hasta las más
pequeñas, realizadas electrónicamente, habrá que ver si se sigue consumiendo
igual. Porque la sensación de libertad e intimidad que proporciona el
dinero en metálico es un elemento psicológico cuya importancia probablemente no
habría que desdeñar. Y, además, está la confidencialidad: ¿por qué el Estado, y
mucho menos aún los bancos, que son entidades privadas, tendrían derecho a
saber cómo, dónde, cuándo, cuánto, con quién y en qué se gastan los ciudadanos
su dinero? Pues no hace falta ninguna intención de delinquir para no querer que
nadie se entere de lo que cada uno hace con el fruto de su trabajo.
Habrá que ver cómo va desarrollándose esta
trascendental cuestión, de
momento sólo mencionada tangencialmente por unos medios de comunicación que la
consideran una anécdota curiosa, poco más que un eco de sociedad. Sólo por este
extraño silencio deberían empezar a levantarse sospechas. Pero, ya metidos en
suspicacias, el día en que el Estado pueda controlar hasta el más
insignificante movimiento de nuestro dinero, ¿es imposible que un Estado
corrupto o tiránico pueda obligar a morirse de hambre a cualquier ciudadano
declarado disidente?
¿Por qué será que en esta luminosa época
nuestra, tan envidiable para todas las generaciones que no tuvieron la suerte
de conocer nuestras libertades y derechos, todas las noticias convergen en
demostrar que las personas tenemos –y tendremos– cada día menos libertad y
menos derechos?
- Seguir leyendo:
http://www.libremercado.com/2016-03-04/jesus-lainz-una-grave-noticia-que-ha-pasado-desapercibida-78316/
1 comentario:
http://www.verdadypaciencia.com/2024/09/agendas-ocultas-cuidado-con-el-impulso-del-gobierno-por-una-moneda-digital.html
Publicar un comentario