Tras la, "espantada", dimisión de Albert Rivera, el día después de los catastróficos resultados de Ciudadanos en diciembre de 2019, llegó el coronavirus e Inés Arrimadas a la jefatura del partido.
En un primer momento no hubo cambio aparente respecto a la política de Rivera, de hecho Arrimadas estaba con permiso de maternidad, pero ya se produjeron algunos movimientos para recuperar a gente huida del partido por disentir con Albert. Después, Arrimadas fue girando el barco hacia otra dirección; de ahí el apoyo a los estados de alarma y la negociación para apoyar los presupuestos; muchos riveristas se fueron del partido.
La voluntad de regresar al centro-izquierda o al centro-centro se ha consumado en Murcia cuando hemos sabido de la moción de censura que Ciudadanos ha presentado con el PSOE y que sería respaldada por PODEMOS en la Asamblea Murciana, en el Ayuntamiento de Murcia y en cinco municipios más. Hemos sabido que Inés ha negociado en Madrid con Ábalos y Cerdán, durante un mes en secreto. Arrimadas hacía cantos a la estabilidad de los lugares en los que participaba en los gobiernos mientras negociaba. La excusa ha sido la "corrupción del PP" pero no se entiende bien, dado que los presuntos corruptos habían dimitido y sin embargo el jefe del PSOE murciano estaba siendo investigado, luego tenemos a Ábalos el de las maletas de Delcy.
Como consecuencia Isabel Díaz Ayuso ha disuelto la Asamblea de Madrid, y se va a elecciones, dado que, con razón, espera un comportamiento similar en Madrid.
Este acontecimiento, ocurrido en unas pocas horas, cambia totalmente el panorama político; y más cuando hemos sabido que tres tránsfugas de Ciudadanos votarán con el PP en Murcia, no olvidemos que el PP no ha convocado ahí elecciones porque peligraba su hegemonía ante VOX (que tiene en la asamblea tres expulsados del partido).
Todo muy edificante.
Arrimadas ha hundido de una tacada su credibilidad y a su partido, acelerando el paso de militantes al PP de Casado y al PSOE de Sánchez (e incluso a VOX); no puede explicar estos hechos y reduce las tres derechas a dos.
Al margen de las triquiñuelas jurídicas, parece que vamos a un enfrentamiento Ayuso-Sánchez el día cuatro de mayo en Madrid; un escenario quizá no deseado por el PSOE (Iván Redondo).
Cuando las crisis se agudizan, los cambios se aceleran.
Seguiremos informando.
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