Independientemente de que, como hemos visto, la política no se divide en política de izquierdas o de derechas sino en acertada a sus fines o errónea, la ficción ha sido útil para encuadrar a la población y hacer que responda a los requerimientos del grupo de presión dominante. En España, se ha pretendido implantar un cúmulo de ideas y formas sociales que podríamos llamar de "izquierdas" aunque no conocemos los objetivos últimos y los fines del gobierno en la sombra, y obviamente tampoco sabemos quién forma parte de ese gobierno.
La opinión pública se conforma gracias al aparato mediático del que la televisión, en sus cadenas generalistas convencionales, sigue siendo parte principal. Antes de la TDT, todas eran lo que llaman de "izquierdas", pero hoy éstas se encuentran con ventaja respecto a las nuevas en el conocimiento de las masas y en poderío económico. El guirigay de internet con toda su caótica información no es un aparato de formación, al menos hoy en día, con la potencia suficiente. Informativos, series, tertulias, reportajes son las formas nacidas en la TV que luego inundarán las páginas web de las cadenas.
El fenómeno PODEMOS es un claro ejemplo de las consecuencias de este dominio cultural y no hace falta ser Gramsci para adivinar el por qué.
La "derecha" acercará sus posiciones cada vez más al consenso ideológico, dado que nadie cuestiona realmente la posesión de los medios de producción, sólo se pone en tela de juicio la propiedad de los pobres, y el público queda entregado a un debate eterno entre las cesuras (Lipset) de los más diversos asuntos transversales; la sociedad se desestructura y disuelve quedando el personal atomizado.
Reorganizarse y liberarse de este control mediático es tarea fundamental y de supervivencia; ya no estamos en la guerra abierta, hemos perdido y hay que organizar la resistencia.
PD. No pongo en tela de juicio la televisión en cuanto invento que nos permite ver lo que ocurre a distancia, ya sea un curso o un acontecimiento mundial, sino su utilización como aparato de manipulación.
La opinión pública se conforma gracias al aparato mediático del que la televisión, en sus cadenas generalistas convencionales, sigue siendo parte principal. Antes de la TDT, todas eran lo que llaman de "izquierdas", pero hoy éstas se encuentran con ventaja respecto a las nuevas en el conocimiento de las masas y en poderío económico. El guirigay de internet con toda su caótica información no es un aparato de formación, al menos hoy en día, con la potencia suficiente. Informativos, series, tertulias, reportajes son las formas nacidas en la TV que luego inundarán las páginas web de las cadenas.
El fenómeno PODEMOS es un claro ejemplo de las consecuencias de este dominio cultural y no hace falta ser Gramsci para adivinar el por qué.
La "derecha" acercará sus posiciones cada vez más al consenso ideológico, dado que nadie cuestiona realmente la posesión de los medios de producción, sólo se pone en tela de juicio la propiedad de los pobres, y el público queda entregado a un debate eterno entre las cesuras (Lipset) de los más diversos asuntos transversales; la sociedad se desestructura y disuelve quedando el personal atomizado.
Reorganizarse y liberarse de este control mediático es tarea fundamental y de supervivencia; ya no estamos en la guerra abierta, hemos perdido y hay que organizar la resistencia.
PD. No pongo en tela de juicio la televisión en cuanto invento que nos permite ver lo que ocurre a distancia, ya sea un curso o un acontecimiento mundial, sino su utilización como aparato de manipulación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario