La Constitución española, piedra angular de nuestro ordenamiento jurídico, establece en su artículo 20 que:
1. "Se reconocen y protegen los derechos: a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. 4. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollan y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.
5. Sólo podrá ordenarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución judicial.
Desde el comienzo del régimen político actual, este precepto se ha cumplido excepto en lo que corresponde a los medios audiovisuales. La excusa que se nos daba correspondía al hecho de la limitación del espacio radioeléctrico; así se cercenaba un derecho fundamental, sobre todo sabiendo que la mayoría de la población sólo ve la tele, para evitar que pudiera resultar peligroso para el partido en el poder o para el establishment.
De esta forma, los poderes públicos estatales, autonómicos o locales otorgaban las licencias en función de su afinidad política o clientelar, abriendo solo un poco la mano a la iniciativa privada. Se dieron licencias de televisión para tres canales más, nacionales, dos en abierto y uno de pago.
Cada autonomía se sacó de la manga una o dos cadenas y el mundo local se llenó de cadenas municipales y algunas de iniciativa privada. Con las radios hubo un poco más de pluralidad pero más o menos fue lo mismo, incluso la televisión por vía satélite en analógico, que tanto juego dio en Estados Unidos, aquí no pasó de unas cuantas cadenas extranjeras o públicas.
La digitalización y la globalización han destrozado la excusa. A través de internet, plataformas de satélite o cable hay espacio para todos, pero ¿creéis que el Estado ha renunciado a la censura? No por cierto, la nueva excusa es que demasiadas cadenas hundirían el mercado publicitario, y se quedan tan anchos.
Además el poder político persigue a los disidentes, no utilizando los tribunales sino con medios a veces indirectos y con presiones económicas y políticas. De esta manera, en España se da una autentica dictadura informativa, y no te menees, que mira lo que le pasó a la COPE y ya le empieza a pasar a Intereconomía. Ya se puede pensar que Chávez está a la vuelta de la esquina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario