2 ago 2019

Eje transatlántico

El 2 de febrero, el gobierno norteamericano anunció que si no se ponía fin a la fabricación del nuevo misil ruso SSC-8, en seis meses se pondría fin al tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio.
El tratado fue resultado de la Perestroika y la finalización de la Guerra Fría tras el abrazo en el Adriático de Bush padre y Gorbachov; fue ratificado en el periodo Clinton, Yeltsin.







 






Resulta cuando menos sorprendente que en un periodo presidido por la desafección del gobierno USA con la UE y el resto de la OTAN, con continuas reducciones de efectivos norteamericanos en Centroeuropa, con polémicas sobre el gasto militar europeo propias del cobrador del frac, USA amenace con volver a desplegar misiles de alcance medio en Europa.
Al igual que el conflicto ucraniano azuzado por Norteamérica (Rusia no podía permitirse perder sus bases en Crimea y una Ukrania hostil) esta medida no es otra cosa que un nuevo obstáculo para evitar un eje París, Berlín, Moscú. Y en esto da igual que no se produzca el despliegue, la amenaza surte el mismo efecto.





Los intereses norteamericanos están en el teatro de operaciones mediterráneo y en el mar de China; no hay que olvidar la necesidad de defender Taiwán de una posible invasión, en este escenario los misiles de alcance medio serían fundamentales.
USA considera a Europa un competidor y tras el fin de la Guerra Fría se desentiende de ella... mientras se impide una relación especial con Rusia.
Hay que agradecer a Trump su mala educación y su estilo prepotente y arrogante porque en esto dice la verdad.








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