Se está extendiendo la idea de que la responsabilidad, por la crisis económica actual, se debe a una política monetaria excesivamente expansiva, durante demasiado tiempo, por parte de la Reserva Federal americana y otros bancos centrales.
Políticas menos expansivas no hubieran permitido las tasas de empleo que hemos tenido, haciéndolas compatibles con el derroche electoralista de los diversos gobiernos.
Sin embargo, los políticos, más o menos afines al gobierno, acusan insistentemente a la desregulación de los mercados, lo que llega ya al militante de base y se oye en cualquier sitio.
No existe algo más regulado que el mundo financiero; instituciones como el Banco Central Europeo o la Reserva Federal pueden ser cualquier cosa menos mercado libre, las normas políticas que dictan a quién se debe dar crédito, en función de su etnia o su barrio, puestas en marcha por la administración Clinton están en el origen de la crisis.
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