1 may 2012

Las drogas

Entre los pueblos cazadores y recolectores que llamamos "primitivos" la droga ocupaba un lugar en el desarrollo de sus rutinas a lo largo del año. La relación con la religión justificaba un consumo adaptado a las cambiantes características de las estaciones y la edad. Los chamanes vigilaban los secretos rituales de la droga y de los medicamentos.
























Cuando la sociedad se hizo más compleja, la droga se emancipó de los medicamentos no psicoactivos e incluso del dopaje para engañar al cansancio. Lo hizo de manera que muchas veces estas distintas tareas las realizaban sustancias similares.






















Al escapar de la ritualización, el uso de drogas nos está diciendo que éste no depende tanto de la sustancia en sí como del deseo en el drogadicto. Ya no hay sacerdotes que dirijan la sacralizada acción del drogado; éste actúa según su deseo y sus posibilidades, deseo producido por ansias de estímulo deletéreo, necesidad de superar estados anímicos deprimidos por cualquier causa, necesidad de evitar el dolor o por simple curiosidad.






















Tras milenios de uso festivo, terapéutico y sacramental, los vehículos de ebriedad se convirtieron en una destacada empresa científica, que empezó incomodando a la religión y acabó encolerizando al derecho, mientras comprometía a la economía y tentaba al arte.





















Estudiosos de la naturaleza humana, ya sea en sus orígenes como Carlos Castaneda o en su psiquis como Aldous Huxley o
Albert Hofmann, se han interesado por el fenómeno incluso participando en él.





















La única Ley sociológica sobre la drogadicción es que no ha existido, ni existe, ni existirá una sociedad donde no haya drogas porque nadie tenga necesidad de evadirse. Siempre habrá quien profundice en un viaje alucinante al fondo de la mente, ya sea para llegar a la locura (los más) o a las puertas de la percepción.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No tengo nada que decir sobre este tema pero no te he preguntado sobre el resultado de las elecciones francesas. ¿Veremos románticos paseos entre Merkel y Rajoy?, con lo solica que se ha quedado Angela!
Tu Sirgha-compañera

interbar dijo...

Hubiera sido muy interesante que el candidato victorioso socialista fuese Strauss Kahn, eso sí que daba juego.