22 dic 2018

Consejo de Ministros


A finales de mayo, nos hicieron creer que la exitosa moción de censura de Sánchez desembocaría en unas elecciones anticipadas pero muy pronto, la realidad y el propio Sánchez nos disuadieron. Habría continuidad el resto de la legislatura, con pactos aprobados por los separatistas catalanes y Bildu; una suerte de frente popular cochambroso envuelto en papel buenista.



En agosto, Sánchez propuso, lo de las ocurrencias lo lleva bien, hacer un Consejo de Ministros en Barcelona, precisamente el 21 de diciembre, el mismo día de las elecciones catalanas del 155. Después, todos han visto lo que ha pasado, la arrogancia, amenaza, manipulación y apoderamiento de la calle por los rebeldes capitaneados por Torra, paradógicamente Presidente de la Generalidad.



Pues bien, se ha producido a costa de una reunión con Torra en formato bilateral y sin nombrar a la Constitución. Torra ha dado luz verde al techo de gasto, los presos golpistas han abandonado su "huelga de hambre" y todo se fía a la continuidad del corcho Sánchez en Moncloa.



Los "barones" del PSOE ven, con creciente pánico, la llegada de las elecciones municipales y autonómicas del 26 de mayo y Torra debe de escenificar su agresiva oposición a España, cosa que hizo, sólo minutos después, en Barcelona.

Los cortes de carreteras, movilizaciones y agresiones supremacistas han continuado, sin sobrepasar ciertos límites, y el conflicto incivil se aproxima a velocidad de vértigo.

Ada Colau ha desempeñado el papel de convidado de piedra acatando las órdenes del marqués de Galapagar, que ya sueña con una insurrección en toda España.



https://www.libertaddigital.com/opinion/eduardo-goligorsky/hablemos-claro-86771/

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