El viernes 22 de marzo de 2024 se conoció, a la hora de la cena, el auto del juez Pedraz que ordenaba el cierre cautelar de la red social Telegram, debido a las acusaciones de varios medios y editores de información ejercitadas en el juzgado sobre propiedad intelectual contra ciertos canales de la red.
El juez había dictado una providencia a las Islas Vírgenes Británicas pidiendo información sobre esos mismos canales para actuar contra ellos, recibiendo la callada por respuesta. En el auto el juez daba tres horas a los proveedores de internet para cerrar el acceso a la aplicación; en el mismo auto se daban tres días para recurrir la medida.
Obviamente lo dictado un viernes por la noche no había de llegar a los interesados hasta el lunes a primera hora pero el juez retrasó en otro auto la medida hasta pasados los tres días dados como tiempo de recursos, para evitar daños y perjuicios a los usuarios de la red.
Finalmente unas horas más tarde, en otro auto, el juez desestimaba la medida por desproporcionada gracias a los datos que le llegaron desde la Comisaría Nacional de Información. En ese tiempo bufetes y profesionales presentaron recursos al auto y pleitos al juez por prevaricación, le notificaron la información sobre el número de usuarios y prestaciones de la red y que se podrían originar, en caso de suspensión, graves perjuicios. De esta forma el juez, que aparece como alguien precipitado, ha evitado las acusaciones y los daños; en su último auto se remite al legislador y la futura Ley de Servicios de la Información.
Por muy particular que sea la trayectoria del juez, véanse sus actuaciones en el País Vasco, su desempeño profesional no permite imaginar tamaña precipitación y desconocimiento.
Sospechamos que quizá esta medida, más que con la propiedad intelectual, tiene que ver con la mayor flexibilidad de Telegram con lo que el "Poder" llama desinformación.
Tanto la OMS como el FEM habían instado a los Estados y a la Comisión Europea a combatir el fenómeno y en España el Gobierno se reunió con los proveedores de internet antes de la Navidad.
La censura de ciertas webs ya se puso en marcha el día dos de enero y no sé por qué creo que esto tiene que ver con aquello; medir la respuesta contra la censura en España como laboratorio para Europa.
Los ciudadanos en 48 horas multiplicaron su presencia en Telegram, se unieron a VPNs, se bajaron el navegador Tor y entraron en los proxys; el tiro salió por la culata.
En cuanto a la empresa Telegram, no movió un dedo; todo el entramado del juez se hundió como un castillo de naipes.
Armas silenciosas para guerras tranquilas y esto no ha hecho más que empezar.
https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2024-03-25/telegram-funciona-operadoras_3854723/
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