5 ago 2010

La peste negra

A lo largo de la historia de la humanidad, y en el corto periodo que habitamos en ciudades y mantenemos tráfico comercial y de viajeros, se han desarrollado las grandes epidemias a las que llamamos pandemias.








Las noticias de la antigüedad no son claras, se habla de epidemias graves en Alejandría en el siglo III antes de Cristo pero de las documentadas podemos rastrear la peste del siglo V que comenzó precisamente en Alejandría otra vez y se extendió por toda Europa hasta el Occidente.


















Sin embargo, para empezar a hablar de documentación profusa, y datos de cronistas más exactos, tenemos que ir a la famosa peste negra de los siglos XIV y XV. El contexto es el de una época de fuertes cambios en todos los órdenes; del siglo XIII Europa había salido en excelente posición para dar un salto en todos los terrenos.


















La consolidación de los estados modernos, de la economía, la elevación del poder real frente a los nobles y del clero secular frente al regular, los derechos de las ciudades y la burguesía frente a la nobleza, el arte gótico en todo su esplendor aparecían como señales de un espectacular crecimiento.







En los primeros años del siglo XIV esto va a continuar, pero repentinamente todo se va a torcer, el clima va a cambiar y el mundo entrará en lo que se ha denominado la pequeña edad del hielo cuyos efectos más devastadores serán precisamente en esos dos siglos.

















El mal tiempo, los inviernos largos y fríos, las grandes nevadas traerán malas cosechas lo que llevará a un debilitamiento de las defensas inmunológicas de la población. La peste, que se había extendido en Asia de la mano de las guerras de los mongoles, va a venir a Europa en los barcos de los comerciantes de la ruta de la seda y de las especias.

















Serán las ratas grises asiáticas las que la extiendan por Europa; la rata negra europea se contagiará y, debido a su proximidad al hombre y a que comparte con éste el ser parasitada por diversas especies de pulgas, ayudará a extender la peste.
















El bacilo Yersinia Pestis se manifiesta en el hombre de dos formas: como peste bubónica o como peste neumónica. De esta forma ciudades enteras desaparecen, otras zonas son respetadas, pero la población desciende en un 10% y entre el 25% y el 35% de los europeos morirán de peste.
















La rápida eliminación de la rata negra doméstica
, salvo su vertiente campestre, hasta su reaparición 200 años después, sustituida por la rata gris asiática, la mejora de la economía tras la reducción de la población y el fin de las guerras de los siglos XIV y XV (como la de los cien años, la primera nacional llevada a cabo por ejércitos profesionales, la del Imperio contra el papado, la guerra civil en Castilla, en el norte de Italia, el cisma de Occidente, las guerras bizantino turcas y las de los mongoles contra casi todos) conseguirán someter a la epidemia.

















En el siglo XVII habrá una recaída en la peste, ya más leve, en el contexto del exceso de lluvia y de la guerra de los treinta años. Después llevaremos nuestras epidemias a América reduciendo drásticamente la población india y traeremos nuevas enfermedades de allí.








Actualmente hay quienes discuten que esa gran plaga, la más importante conocida, fuese realmente peste bubónica y piensan que pudo ser algún tipo de virus causante de fiebre hemorrágica como el Ébola. Recientemente los científicos Susan Scott y Christopher Duncan de la Universidad de Liverpool han propuesto la teoría de que la peste negra pudo haber sido causada por un virus.







Sea como fuere, la peste negra tiene el dudoso honor de haber sido la enfermedad que más ha matado a lo largo de la historia, junto a la ya extinta viruela y la malaria son las enfermedades contagiosas que han sido padecidas por más gente.
















A pesar de todo, de la cabalgata de los cuatro jinetes del apocalipsis, la historia no se detuvo se produjeron cambios en la política, el comercio, la economía que desembocaron en el Renacimento del Siglo XVI y en los grandes imperios europeos del Siglo XVII.

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