18 ago 2013

Gibraltar

Como todos los veranos, el ferragosto se nos dispara con alguna polémica o noticia que nos saca del tedio. Esta vez ha sido el asunto de Gibraltar. 
Todo comenzó cuando Picardo, a la sazón Ministro Principal de Gibraltar, ordenó arrojar bloques erizados de cemento en aguas de la bahía de Algeciras, precisamente las que son caladero para los pesqueros españoles.










 










El Gobierno, enzarzado en el caso Bárcenas, no tenía otro remedio que actuar por la arrogancia unilateral de los llanitos y reaccionó incrementando los controles fronterizos con la excusa del contrabando, narcotráfico y blanqueo de dinero. La clave de la cuestión estriba en que en el tratado de Utrecht que otorga a Gran Bretaña la propiedad del peñón, no le da derecho a aguas fuera del puerto pero los llanitos las reivindican por el tratado que otorga aguas mínimas a los territorios marítimos.  
La situación actual es que los controles siguen, los pescadores protestan y RU ha enviado una pequeña escuadra para "maniobras conjuntas de la OTAN".











 










Pero, ¿cuál es el origen del problema? Todo comenzó en un oscuro incidente en el curso de la Guerra de Sucesión española, guerra europea que enfrento a Austria, Gran Bretaña y Holanda con Francia y la España de Felipe V
Entre los años 1701 y 1713 se desarrolló este conflicto ante la muerte sin descendencia del rey Carlos II "El Hechizado" con dos candidatos al trono español, Carlos de Austria y Felipe de Borbón, nieto de Luis XIV de Francia. 










 











Un pequeño ejercito austracista a las órdenes de George de Hesse toma Gibraltar en nombre del candidato austríaco pero el almirante inglés Rook retira la bandera austracista y coloca en la plaza el pabellón inglés. Posteriormente la situación se legaliza en las conversaciones de paz previas al tratado de Utrecht, tratado que los ingleses han incumplido en numerosas ocasiones y sucediéndose guerras o sitios en los que España ha estado a punto de recuperar la Roca, la última ocasión por la negativa del Gobierno español a la operación Félix durante la II Guerra Mundial. 





















¿Qué hacer? Teniendo en cuenta que el tratado niega a los llanitos soberanía y que la autentica población, unas 4.000 personas, fue expulsada de Gibraltar quedando sólo 12 habitantes originales, así como que en la ONU hay resoluciones que instan a reintegrar el Peñón a España; España debe y está en su derecho de hacer los controles que juzgue convenientes, debe poner en conocimiento del mundo las maniobras delictivas que se realizan en la Roca, debe repensar su relación en la OTAN, conjuntamente con USA, en interés mutuo pues Inglaterra no es un país aliado. 


Políticamente hay que apoyar a los partidarios de sacar al RU de la UE pues eso aleja al eje franco alemán de RU, sobre todo tener paciencia y esperar la oportunidad sabiendo que los ingleses apoyarán la ruptura de España, ruptura que hay que evitar a toda costa.

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