Cuando los romanos llegan a España (Hispania), se encuentran con la existencia de innumerables lenguas, la mayor parte de ellas exclusivamente orales y ninguna de ellas normalizada pues ese es un fenómeno que requiere la existencia de escuelas, prensa, en definitiva modernidad. Con el paso del tiempo y la comunicación, las lenguas se van a reducir en número y ése es un fenómeno que ocurrirá en todas las sociedades civilizadas.
Además las lenguas se van simplificando; su normalización conlleva la desaparición de dialectos y la paulatina aparición de una lengua más vulgar y por lo tanto menos compleja. Cuando el hombre moderno, hace unos 20.000 años, rompe a hablar, rápidamente se crean los idiomas en toda su complejidad; luego, la historia de las lenguas es la de una simplificación.
El caso del vascuence en Navarra es paradigmático, junto a la prolijidad de valle e incluso de clan, se produce una continua simplificación hasta la aparición de los dialectos navarros y la normalización del vascuence. La frontera del vascuence se situará en Tafalla, siendo el corredor del Ebro prontamente ajeno a esa lengua que en tiempos antiguos quizá fue hablada en Soria y Lérida.
La Iglesia, que fue un factor de alfabetización en lengua romance, a partir del siglo XVIII se convierte en defensora de lo vernáculo; sacerdote católico es el primer normalizador de la lengua vasca, el Padre Resurrección María Azcue. Por la misma razón los carlistas defenderán la lengua vasca y también lo harán los nacionalistas que inicialmente organizan su movimiento político en castellano. Hay grupos humanos de habla vasca en el norte de Navarra y en los valles guipuzcoanos del Urola y el Goyerri, y en un área próxima al mar en la costa entre Bilbao y San Sebastián.
No hay comentarios:
Publicar un comentario