Parece que el culpable de todo lo que nos aflige es el malvado capitalismo, y que el olor a azufre se torna insoportable cuando se le añade la palabra neoliberalismo. Nadie recuerda que es imposible construir una economía moderna sin capital y que incluso el comunismo era una suerte de capitalismo de Estado, con abundante economía sumergida privada.
La verdad es que la economía mixta de capital privado y estatal ha conseguido fabricar un mundo de más de 7000 millones de seres humanos; tremendo éxito biológico. El brutal crecimiento económico capitalista fue, en su tiempo, admirado hasta por Marx, que lo consideraba necesario como paso previo al socialismo.
Si bien la utopía socialista no ha funcionado nunca, tampoco lo ha hecho la utopía liberal; todas las economías son mixtas y siempre hay un trasfondo mercantilista en los gobiernos, dado el origen del capitalismo moderno. El dinero no es otra cosa que un medio de intercambio en economías complejas, pues el trueque queda limitado en la complejidad; y hasta en una sociedad de cazadores recolectores se puede considerar capital al territorio de caza.
La clave para desmontar la utopía marxista está en el reconocimiento del error en la tesis de disminución de la tasa de ganancia de las empresas; esto se puede intuir no solo por la teoría y la econometría sino por el sentido común, pues hay espacios económicos vedados a la gran empresa y aparecen siempre nuevas ideas, necesidades y nichos económicos.
En cuanto al comunismo, y me refiero no al utópico sino al realmente existente, dos son los principales defectos que lo llevan inevitablemente al fracaso y consiguiente evolución: el colapso fiscal del estado y el paro encubierto. Esto se produce por la imposibilidad de encuadrar toda la actividad económica en el Estado, de manera que una parte muy importante se nos escapa entre los dedos en forma de economía sumergida.
En realidad el comunismo adolece de los mismos defectos que tiene la economía en países capitalistas subdesarrollados (El Salvador en los ochenta) con una oligarquía que concentra la riqueza y que utiliza al Estado para anular al resto de la sociedad, sin permitir un Estado de Derecho. En estos casos la destrucción del sistema viene acompañada de monopolios con océanos de corrupción.
2 comentarios:
1)De paro encubierto NADA, se puede mirar censos de trabajadores en la URSS y Cuba, ademas de testimonios.
2)NO hay error en la tasa de ganancia si se complementa con Sraffa
3)No es capitalismo de Estado por el punto 1, no hay superpoblacion relativa.
De paro encubierto todo, si no como se explica el hundimiento de la URSS y el cambio en China. Los yacimientos de negocio no son fijos sino que crecen con las ideas y sí crecimiento sostenido, no hay otro.
Sí es capitalismo de Estado ya que el capital es propiedad del Estado.
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