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La decadencia y caída del Imperio Romano se ha considerado uno de los mayores enigmas de la Historia; curiosamente más problemático que el hundimiento y desaparición de la civilización egipcia, vista a la distancia temporal como más duradera.
El fantasma de la caída del Imperio nos asalta cuando leemos las páginas de la analogía erudita de Spengler: "La Decadencia de Occidente".
¿Fueron causas económicas, ya sean internas o externas (climáticas)? ¿Fue por causas militares o de salud pública (la peste del siglo V)? No se sabe; sin embargo, parece haber algo más profundo cuando se estudia el fenómeno en la lejanía, una especie de hundimiento moral o espiritual con fuertes crisis religiosas; como la ciencia actual no ha desarrollado una psicología de masas en periodos largos, no podemos saberlo.
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Sabemos que hay ciclos económicos e históricos, a la manera de los estudiados por Kondratieff y otros. También se puede pensar que los grandes ciclos son instrumentos en manos de los historiadores y que quienes intervinieron en los acontecimientos sólo asistieron a pequeños cambios que poco a poco cambiaron las cosas.
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