"El axioma básico de la teoría política libertaria postula que cada hombre es dueño de sí mismo, en posesión de soberanía absoluta sobre su propio cuerpo. En efecto, esto significa que nadie puede invadir o agredir justamente el cuerpo de otra persona. Se sigue entonces que cada persona posee justamente cualquier recurso, previamente sin dueño, de la que esta se apropie o que "mezcle con su trabajo".
A partir de estos axiomas gemelos: propiedad sobre sí mismo y la apropiación originaria, se construye la justificación para el sistema entero de títulos de propiedad en una sociedad de libre mercado. Este sistema establece el derecho de cada persona a su propia persona, el derecho a donar, dar en herencia (y consecuentemente el derecho a heredar) y el derecho al intercambio contractual de títulos de propiedad.
Cada quien es el legítimo dueño de su propio cuerpo físico, así como de todos los lugares y bienes naturales que ocupe y que ponga en uso por medio de su cuerpo, con la única condición que nadie más haya ocupado los mismos lugares o usado los mismo bienes previamente.
Esta propiedad sobre los lugares y bienes "apropiados originalmente" por una persona implica su derecho a usar y transformar estos lugares y bienes en cualquier forma que este considere conveniente, con la única condición que como consecuencia no cambie la integridad física de lugares o bienes originalmente apropiados por otra persona.
En particular, una vez que un bien ha sido apropiado por primera vez, para usar la frase de Locke: "mezclando con el bien el trabajo de uno", la propiedad sobre dichos lugares o bienes sólo puede ser adquirida por medio de una transferencia voluntaria, contractual, del título de propiedad de un previo a un futuro propietario.
Esta propiedad sobre los lugares y bienes "apropiados originalmente" por una persona implica su derecho a usar y transformar estos lugares y bienes en cualquier forma que este considere conveniente, con la única condición que como consecuencia no cambie la integridad física de lugares o bienes originalmente apropiados por otra persona.
En particular, una vez que un bien ha sido apropiado por primera vez, para usar la frase de Locke: "mezclando con el bien el trabajo de uno", la propiedad sobre dichos lugares o bienes sólo puede ser adquirida por medio de una transferencia voluntaria, contractual, del título de propiedad de un previo a un futuro propietario.
Algunos liberales minarquistas consideran que un sistema capitalista no podría sobrevivir o no sería eficiente sin un Estado público e imparcial, y que todo el sistema jurídico que protege al capitalismo se vería amenazado al existir varios Estados privados compitiendo entre sí. Afirman así que el capitalismo siempre ha necesitado de un Estado de derecho para ser estable.
El anarcocapitalismo fue criticado por Ayn Rand que era minarquista y Milton Friedman escribió "Aunque necesario para la libertad, el capitalismo solo, no es suficiente para garantizarla. Tiene que estar acompañado por un conjunto de valores y de instituciones políticas favorables a la libertad".
Los objetivistas afirman que, en ausencia del Estado, una sociedad anarcocapitalista degeneraría en una "guerra de todos contra todos". Otros críticos arguyen que el problema de las externalidades hace que sea poco práctico el suministro de servicios de protección en una sociedad anarcocapitalista".
Los objetivistas afirman que, en ausencia del Estado, una sociedad anarcocapitalista degeneraría en una "guerra de todos contra todos". Otros críticos arguyen que el problema de las externalidades hace que sea poco práctico el suministro de servicios de protección en una sociedad anarcocapitalista".
Ya veríamos, si no hubiera Estado y por tanto ejército, cuánto tardaría la gente como Mario Conde en apropiarse del poder con ejércitos privados.
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