La pretensión de que el derecho de autodeterminación pueda ser ejercido en una simple consulta popular lleva a situaciones esperpénticas. Así, si el resultado del referéndum es positivo por cualquier causa, ese día tocaba pagar a hacienda o cualquier otra cosa, el resultado es cosa hecha, pero si sale negativo, a la vuelta de unos días ya se estaría pidiendo un nuevo plebiscito.
No, un paso tan importante debe hacerse a través de un congreso nacional, con presencia de todas las fuerzas vivas, tal y como se hizo en la India que era una colonia. El referéndum de autodeterminación debe usarse, como indica la ONU, sólo en situaciones de conflicto en la descolonización.
En la novela de Musil "El Hombre sin Atributos" se nos cuenta la historia de un regimiento austro-húngaro que se disuelve ante la destrucción de ese Estado; el médico judío del regimiento se queja amargamente de la creación de naciones étnicamente puras pues en ellas las minorías vivirán mucho peor que en Estados multinacionales. No es lo mismo el nacionalismo inclusivo, el cual une lo diverso, que el nacionalismo exclusivo, pretendidamente puro.
En Europa, eso no debe hacerse, como dice Habermas: un pueblo en marcha es algo más que el resultado de una consulta, es el resultado de las negociaciones de los diversos congresos nacionales, es el resultado de su historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario