4 dic 2010

La legitimidad monárquica

A veces la historia tiene sus bromas, como por ejemplo cuando se empeña en reírse del concepto de legitimidad, concepto, esta vez sí, discutido y discutible. La política, sin embargo, es más pragmática cuando diferencia la legitimidad de origen con la legitimidad de ejercicio.
























A continuación analizaré algunos casos de legitimidad cuando menos dudosa. En primer lugar: ¿dónde quedará la legitimidad de los Trastamara descendientes de una querida del rey? Yo ni quito ni pongo rey sólo ayudo a mi señor. ¿Quién era el monarca legítimo, el Archiduque de Austria o Felipe V de Borbón, que dirimieron la cuestión en una guerra civil europea?




















Y tras la muerte de Fernando VII, ¿quién tenía razón Carlos María Isidro o Isabel II?





















El final de la monarquía de Alfonso XIII se produjo por los resultados de unas elecciones municipales que en realidad ganaron los monárquicos, que fueron quienes entregaron el poder al gobierno provisional de la República; claro que el rey había nombrado antes al dictador Miguel Primo de Rivera conculcando la Constitución.





















Para qué hablar de la intentona revolucionaria del 34, y posteriormente de las actividades antidemocráticas del Frente Popular, que dieron lugar a un doble golpe de Estado: el de Franco y el del propio Frente Popular en su zona, que no respetó la Constitución de 1931 y eliminó a la mitad del Parlamento. Se puso fin así al "Estado Integral de la República", susceptible de integrar a los nacionalismos en el patriotismo constitucional.
























El franquismo se refugió en el derecho de victoria y en la legitimidad de ejercicio, que fue precisamente la que heredó Juan Carlos I en 1975; luego, consiguió la legitimidad de origen monárquico, no sin discusión, cuando abdicó de sus derechos el Conde de Barcelona; finalmente consiguió la legitimidad democrática, que le llega tras la aprobación de la actual Constitución en 1978. Claro que la legitimidad de ejercicio se la ganó en los sucesos dudosos de febrero de 1981.

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