8 may 2010

Construcción nacional




















La monarquía Habsburgo, en la península ibérica, que estaba desarrollando el Estado moderno embrionario de los Reyes Católicos, sufría el desgaste propio de la construcción de un Imperio ultramarino y sobre todo de un Imperio europeo.








Este periodo de decadencia económica y demográfica, de los llamados Austrias menores, coincide con la consolidación y desarrollo de un espacio universal en el que, a la sombra de España, van a participar los pueblos europeos austracistas.












Sin embargo, a mediados del siglo XVII, la derrota político militar de este gigante con pies de barro viene a significar el fin del modo de ser grande a lo español en Europa; es el nacimiento de la leyenda negra.








Tras la paz de Westfalia, se produce el colapso de la hegemonía española en Europa. En esa época, nos indica Henry Kamen, que los asturianos tenían más fácil conseguir vino en Cataluña que en León o en la Ribera del Duero; de manera que la construcción nacional en España se produce cuando el fabuloso Imperio español se empieza a desmoronar.
















Por otro lado, cuando colapsa el Imperio en Europa, se mantiene en América como factor de equilibrio de las potencias europeas; luego, con la entronización borbónica el factor de mantenimiento será la alianza con Francia.













En la época borbónica, se desarrollará el Estado Español con una política de obras públicas, administrativa y con los centralizadores, fiscalmente, Decretos de Nueva Planta, creándose una burguesía nacional que será la base posterior de la Nación.








El Conde de Aranda viendo el deseo de los criollos americanos de comerciar, no sólo con la Metrópoli y Francia sino con Inglaterra y USA también, tiene la idea de formar monarquías asociadas a la Corona Española en las personas de infantes de la familia real. No lo consigue y el resultado es que, bajo la invasión napoleónica, se produce la puesta de largo de la Nación política española en el contexto de la disolución del Imperio.
















Los británicos por el contrario firman el Acta de Unión en 1815, tras la victoria sobre Napoleón, y en el momento creciente de la formación de su gran Imperio. Posiblemente esta sea una de las razones de la dificultad de vertebrar España en los siglos XIX y XX.

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