Cuando el hombre apareció, en algún lugar de África, los grupos humanos se fueron extendiendo en lo que se ha dado en llamar la gran expansión inicial; esto es lo que había ocurrido con todos los homínidos aparecidos antes, lo único que pasaba es que, por primera vez, la onda expansiva llegaría a todos los rincones del planeta.
Ocurrió en algún momento entre los 100.000 a los 40.000 años antes de Cristo. La llegada de grupos humanos a las distintas regiones debió suponer, en un primer momento, la ocupación de ámbitos espaciales distintos por grupos y linajes. Con el paso del tiempo, los grupos se encontraron y el asombro inicial debió dar lugar a roces, chispazos de enfrentamiento, liturgias de encuentro, rutinas, intercambios de todo incluso de material genético (mujeres).
Más adelante se fueron conformando razas, rodeadas de grupos mestizos que proporcionaban el puente de intercambio entre los distintos pueblos.
Claro, que la vida de las naciones transcurría separadas unas de otras, no tanto en la realidad como en la conciencia de los hombres; en el caso americano como la expansión se había producido por el paso del estrecho de Bering libre de aguas, al cubrir las aguas de nuevo el estrecho, América permanecería separada casi por completo, salvo las pequeñas aportaciones accidentales, los esquimales o difíciles rutas desde las islas del pacífico.
La interactuación económica en algunos lugares resultaba prácticamente imposible (América, zonas de África, Oceanía) y en otros lugares existía, pero era desconocida para el hombre. Entre el Imperio Chino y el Romano ahora sabemos que se interactuaba de una forma intensa, tan intensa como desconocida lo era para sus propios pueblos. Estos fenómenos dieron lugar a las llamadas economías de escala.
En la situación actual los agentes económicos, ya sean los estados o las grandes empresas, actúan en todo el mundo sin que por eso hayan dejado de existir las distintas economías de escala, solo cambia el tamaño y la intensidad.
Si un simple viaje de los hermanos Polo era lo suficiente para enriquecerlos, hoy día son necesarias millones de transacciones instantáneas. En los años sesenta del siglo XX, Jean-Jacques Servan-Schreiber fue el apóstol de la mundialización con sus obras "El Desafío Americano" y " El Desafío Mundial", hoy día vivimos el tiempo de la globalización, con Internet, la caída del muro y los grandes intercambios de mercancías, ideas, servicios y personas.
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