2 sept 2011

Sven Hassel

A la sazón, a mis quince años y debido a la esforzada afición a ver bichos, rapaces y otros animales de mis amigos, aprovechábamos las fiestas para ir al campo. Hacíamos senderismo, fotografía de pájaros, acampadas y supervivencia en cualquier sitio; era una actividad que comenzamos a hacer a los 12 años y a los 15, de cuando hablo, ya estaba muy desarrollada.










Aquel verano de quinto de bachiller nos fuimos a acampar a Sorogain en el Quinto Real (Navarra), la idea era subir al monte Adi y pasear por ese paisaje de hayas. Fue ahí donde uno de mis amigos, compañeros de colegio y de excursión, se llevó un montón de libros de Sven Hassel. Ese fue mi primer contacto con este escritor danés que me fascinó. Da igual que fuera imposible la presencia del grupo en tantos frentes de combate o la limitada calidad literaria, la fuerza del relato bastaba para obligarte a leer de noche a la luz del infiernillo.





















La biografía de Hassel se hace pública en algunas de sus novelas más recientes, así como en entrevistas.













La crisis generalizada de 1930 le obliga a emigrar a Alemania en busca de trabajo. En 1931, a los 14 años de edad, se enrola en la marina mercante como mozo de cabina, dando la vuelta al mundo.













En 1937 se alista en el ejército alemán y es destinado al 7º Regimiento de caballería, donde se le obliga a nacionalizarse para permanecer en filas. En cuanto lo hace, es trasladado al Panzerregiment 2 (2º Regimiento de Carros de Combate) en Eisenach. Su regimiento participó en 1939 en la invasión de Polonia, apareciendo así De Fordometes Legion (La Legión de los Condenados), en 1953.














En 1957, una enfermedad que contrajo durante la guerra (fiebre caucásica) le postra en cama durante casi dos años. Al recuperarse continúa escribiendo sus novelas. En 1964 se muda a Barcelona donde sigue viviendo hasta la fecha. En total ha vendido más de 50 millones de ejemplares en 18 idiomas.






En sus libros narra la historia de un grupo de soldados alemanes que viven siempre al borde del reglamento, algunos de ellos provenientes de batallones de castigo. Es un equipo de compañeros y camaradas en el frente, que viven el horror del combate en varios escenarios (Messina, Stalingrado, Francia, ...) donde con una imaginativa y apasionante narrativa describe las vivencias del soldado alemán común, representadas en sus personajes, y de cómo salvan, presencian o viven situaciones que afectaron al combatiente alemán en los más difíciles escenarios de guerra.









Un aspecto peculiar destaca de este grupo de soldados y es que están en contra del antisemitismo que normalmente mantenían muchos soldados de la Wehrmacht, en algunos capítulos incluso llegan a ocultar judíos perseguidos por las SS. La canción que tararean en los labios antes del combate es: " Ven, dulce muerte, ven a mi....". Entre sus personajes se encuentran: El Legionario (Alfred Kalb, cabo): de vasta experiencia en el frente, con infinidad de ardides y tretas que usa para su beneficio. Sirvió en la Legión Extranjera francesa. Un cigarrillo Caporal permanentemente encendido en sus labios es su seña de identidad. Se considera musulmán y es capaz de matar a cualquiera que insulte a Alá. Fue castrado en prisión por sus carceleros y sueña com montar un burdel cuando acabe la guerra.










El Viejo (Willie Beier, sargento) El combatiente alemán de mayor edad y más veterano, es el jefe de la sección (feldwebel, brigada). Por su experiencia y humanidad representa un seguro de vida para todos los demás miembros de su sección.










El frente de combate es su refugio para ocultar una tragedia personal: sin guerra él no existe. Es el único referente de cordura y prudencia en una guerra de locos, y sólo desea volver a casa y vivir en paz. Hermanito (Wolfgang Creutzfeldt) es un soldado brutal, gigantón de fuerza hercúlea, pero de cerebro minúsculo, que actúa casi por instinto. Compañero de aventuras de Porta y habitual saqueador de cadáveres, su especialidad son los dientes de oro y las reyertas de taberna. Como última característica queda decir que siempre llevaba un bombín inglés para imitar a su amigo Porta. Julius Heide (devorador de judios) es el típico soldado nazi fanático, que aplica el reglamento hasta en las situaciones más inverosímiles, lo cual no es obstáculo para que sea un soldado insuperable en combate. Terminó siendo un alto oficial en la Alemania del Este.









Porta: Josef Porta es el típico berlinés, soldado, buscavidas, juerguista y mujeriego, frío para actuar en combate, pero que cohesiona el grupo con su cálida amistad y camaradería.









Es, además, un consumado organista, flautista y cocinero. Su rasgo más característico es usar un alto sombrero de copa amarillo y un monóculo aunque haya oficiales presentes. Muchas de las historias orbitan en torno a sus viviencias. Nunca se separaba de su alcohólico gato Stalin a quien llevaba dentro de la mochila a todos los sitios, incluso a la batalla. Peter Barcelona Blom es sargento, al igual que "El Viejo", ha participado en la Guerra Civil Española en calidad de miliciano en el bando republicano. Más tarde es apresado por los nacionales y mandado a la tercera compañía del segundo batallón de la División Azul española.









De ella proviene su apodo, muchas expresiones en castellano y una vieja naranja arrugada que siempre tiene en el bolsillo. Gregor Martin, chófer del mariscal de campo Von Kluge en "General SS", amigo y compañero de aventuras, sobrevivió a la guerra.









Oberst Hinka, Manfried Hinka es el comandante del regimiento y protector de Porta; como los otros personajes, es joven, es uno de los pocos oficiales que cae bien al grupo.









Sven, Sven Hassel se representa a sí mismo en este personaje que es, como él, joven soldado granadero adjunto al grupo. Es un personaje poco definido y con un papel secundario en la narración.









Albert: Albert Mumbuto es la oveja negra (porque es negro) del grupo. Suele ser el blanco de las burlas de Porta y Hermanito. La vida de estos personajes en el frente es la esencia de los libros de Sven Hassel. Desde el punto de vista de Hassel, la guerra es brutal.









En sus libros, los soldados sólo pelean para sobrevivir, la Convención de Ginebra es un papel inútil para ambos bandos, las personas son asesinadas sin justicia ni razón, pequeños eventos pacíficos y encuentros amistosos pueden ser rotos en segundos, antipáticos oficiales prusianos amenazan constantemente a sus hombres con ejecutarlos sin ninguna provocación, enfadados soldados en ocasiones asesinan a sus propios oficiales... Son desheredados de la sociedad, escoria del ejército, soldados en un batallón de criminales convictos, en una época donde no debían escasear.








Pero la descripción que Hassel hace de ellos, de su camaradería en medio de situaciones donde la convivencia es muy difícil, de las complicadas relaciones entre ellos mismos y con el resto de los partícipes en la guerra enganchan al lector prescindiendo de su falta de rigor histórico y de otras consideraciones.








Su obra hizo que mucha gente se interesara por la II Guerra Mundial desde el punto de vista alemán, un punto de vista en principio poco corriente en el momento en que se empezó a publicar.

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