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Lo cierto es que los antiguos reinos medievales son fruto de la casualidad, que está nadando dentro de las posibilidades históricas dadas; es decir, las tendencias históricas marcan y la casualidad surge en ese margen, de manera que el caos puede variar en el futuro esas mismas tendencias históricas.
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Los viejos reinos se fueron agrupando porque lo demandaba la balanza de poder en los diversos escenarios de las naciones históricas. A esto no era ajeno el surgimiento de tecnologías y realidades económicas que llamaban a economías de escala.
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Como muy bien ha definido Gellner en "La Invención de la Tradición" el nacionalismo sólo apareció y se convirtió en necesidad sociológica en el mundo moderno. En épocas anteriores (la fase "agroalfabetizada" de la Historia), los gobernantes tenían pocos incentivos para imponer la homogeneidad cultural sobre aquellos a los que gobernaban. Pero en la sociedad moderna el trabajo pasa a ser de tipo técnico. El hombre debe operar una máquina y debe aprender. Existe una necesidad de comunicación impersonal, libre de contexto y con un alto grado de estandarización cultural.
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Por eso, la realidad política actual por su historia, por el desarrollo de la modernidad, por la tecnología y la economía, es el Estado Nación tendente a procesos muy avanzados de globalización; esa es la causa de que nada tengamos que ver en el sentido nacional, sí en otros sentidos, con la Edad Media.
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El Estado se organiza territorialmente en municipios, en provincias y en las Comunidades Autónomas que se constituyan. Todas estas entidades gozan de autonomía para la gestión de sus respectivos intereses.
1. En el ejercicio del derecho a la autonomía reconocido en el artículo 2 de la Constitución, las provincias limítrofes con características históricas, culturales y económicas comunes, los territorios insulares y las provincias con entidad regional histórica podrán acceder a su autogobierno y constituirse en Comunidades Autónomas con arreglo a lo previsto en este Título y en los respectivos Estatutos.
2. La iniciativa del proceso Autonómico corresponde a todas las Diputaciones interesadas o al órgano interinsular correspondiente y a las dos terceras partes de los municipios cuya población represente, al menos, la mayoría del censo electoral de cada provincia o isla. Estos requisitos deberán ser cumplidos en el plazo de seis meses desde el primer acuerdo adoptado al respecto por alguna de las Corporaciones locales interesadas.
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