14 feb 2010

Ciencia ficción

Da que pensar la poca afición que hay a la ciencia ficción en España y los países de habla española. No sé si actualmente los hispanos generan un mercado para esta literatura, pero no se me ocurre ningún gran escritor que haya tocado ese tema salvo Bioy Casares en "La Invención de Morel".


















En la vecina Francia, sin ir más lejos, todo el mundo ha leído a Julio Verne que en el siglo XIX se especializó en la literatura de aventuras y ciencia ficción. Julio Verne fue abogado, pero ejerció muy poco, tampoco era un gran viajero ya que, fuera de los veraneos de rigor, no salió de su ciudad de residencia salvo para hacer un viaje en barco entre Italia y Escocia.

















En Verne hay que distinguir entre la literatura de anticipación y la auténtica ciencia ficción, ya que la primera trata sobre inventos y realidades que, aunque no sean de uso común, ya están siendo trabajadas por los científicos e ingenieros y la otra es exclusivamente obra de la imaginación.




















Entre las primeras podemos citar la novela "20.000 Leguas de Viaje Submarino" en la que Verne se inspiró en las revistas de ingeniería a las que era muy aficionado, entre las segundas se puede citar "De la Tierra a la Luna" y "Viaje al Centro de la Tierra" que se escribieron cuando no existía ni sombra de la tecnología necesaria para poder hacer la trama en la realidad.









Verne era hijo de una familia de la derecha católica tradicional y él en su juventud fue así mismo de derechas, pero con el paso del tiempo fue radicalizando su liberalismo.



















En su obra aparece como un positivista estricto, de los que creen que la ciencia resolverá todos los problemas.



















En España, hubo un tiempo en que la literatura de Verne se clasificó en el género juvenil, pero él la escribió para adultos. No sé si ahora es popular, parece como si estuviéramos reñidos con visiones positivas de la ciencia.

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