Resulta curiosa la facultad o debilidad de los seres humanos para revestir su vida de mitos y leyendas, de manera que resulte más interesante y confiable que el triste y mediocre entorno de la realidad.
A veces los personajes mitológicos crean religiones, y en algunos casos civilizaciones, confundiéndose con la idea de Dios en las diversas culturas.
Así por ejemplo, los modelos morales Jesucristo y Buda independientemente de las ideas religiosas que podamos tener.
En otros casos son personajes históricos engrandecidos moralmente y aliados a cualquier edad dorada que se nos ocurra, como por ejemplo Arturo, Roldán, el Cid, Ricardo Corazón de León, Sancho VII el Fuerte y, más modernamente, los Reyes Católicos y Felipe II.
Y en otros casos son personajes más literarios que legendarios, como por ejemplo: Merlín el Encantador, Beowulf, Amadis de Gaula, Tirant lo Blanc o Palmer de Inglaterra.
Pero ahora me referiré a esos personajes propios de las leyendas de los bosques europeos, asiáticos y americanos que probablemente esconden el recuerdo brumoso de otros homínidos.
El ambiguo significado original de la palabra troll parece haber pervivido algún tiempo después de que la antigua literatura escandinava fuese documentada. Esto puede verse en términos tales como sjötrollet (‘trol del mar’), sinónimo de havsmannen (‘hombre del mar’), un espíritu protector del mar y especie de equivalente masculino de la sjörå (véase huldra).
Gradualmente puede discernirse la formación de dos tradiciones principales sobre el uso de troll. En la primera, el troll es un descendiente directo de los jötnar escandinavos, grande y bruto. Se les suele describir como feos o con características animales como colmillos u ojos ciclópeos. Ésta es la tradición que ha llegado a dominar cuentos de hadas y leyendas (véase más abajo), pero también el concepto prominente de troll en Noruega. Como regla general, lo que sería llamado un «troll» en Noruega sería en Dinamarca y Suecia un ‘gigante’ (jætte o jätte, derivado de jötunn).
En los cuentos de hadas y leyendas, los trolls son menos la gente que vive junto a los humanos y más criaturas aterradoras. Particularmente en estos relatos aparecen con cualquier tamaño, variando éste desde el de los enanos hasta el de los gigantes. A menudo se les considera poco inteligentes (especialmente a los masculinos, pues las femeninas o trollkonor pueden ser bastante astutas), muy fuertes, de grandes narices, brazos largos, peludos y no muy hermosos (siendo de nuevo las féminas una excepción, al ser con frecuencia bastante atractivas). En los cuentos de hadas escandinavos los troles a veces se vuelven de piedra si les da la luz del sol.
Durante mucho tiempo se ha propuesto que la palabra «ugri», la etnia de los magiares, había originado la palabra «ogro» en la época en que los magiares llegaban a Europa, cometiendo saqueos y pillajes (año 926, durante la Edad Media). Su fama de crueles sanguinarios y malvados hubiese entonces permanecido en la mente de la gente de toda Europa, pero esta teoría está hoy en día abandonada por la mayor parte de especialistas. Se acepta al contrario que «ogro» viene del francés ogre, posiblemente derivado del latín Orcus, terrible dios del submundo (véase «orco»).
En italiano ogro es orco y actualmente se cree que la palabra fue por primera vez usada por Giambattista Basile (1575-1632). En francés el término fue originalmente usado por Charles Perrault (1628-1703) en su compendio de cuentos Histoires ou Contes du temps Passé, más conocido por su subtítulo Contes de ma mère l'Oye. En este libro de Perrault, publicado en 1697, aparece el primer ejemplo de ogro hembra (como «ogresa») en uno de los cuentos del libro: La Bella Durmiente, que Perrault había escrito basándose en un cuento del napolitano Basile. En 1698, un año después de la publicación del libro de Perrault, la Condesa de Aulnoy, Marie-Catherine Jumelle de Berneville (1650-1705), retomó el término ogre en su cuento L'Oranger et l'Abeille. A partir de la publicación de los cuentos de Perrault y de Madame de Aulnoy, el personaje del ogro se fue popularizando progresivamente, apareciendo cada vez más en otros cuentos de hadas.
En italiano ogro es orco y actualmente se cree que la palabra fue por primera vez usada por Giambattista Basile (1575-1632). En francés el término fue originalmente usado por Charles Perrault (1628-1703) en su compendio de cuentos Histoires ou Contes du temps Passé, más conocido por su subtítulo Contes de ma mère l'Oye. En este libro de Perrault, publicado en 1697, aparece el primer ejemplo de ogro hembra (como «ogresa») en uno de los cuentos del libro: La Bella Durmiente, que Perrault había escrito basándose en un cuento del napolitano Basile. En 1698, un año después de la publicación del libro de Perrault, la Condesa de Aulnoy, Marie-Catherine Jumelle de Berneville (1650-1705), retomó el término ogre en su cuento L'Oranger et l'Abeille. A partir de la publicación de los cuentos de Perrault y de Madame de Aulnoy, el personaje del ogro se fue popularizando progresivamente, apareciendo cada vez más en otros cuentos de hadas.
En la mitología nórdica, los gigantes eran una raza mitológica con fuerza sobrehumana, descritos como la oposición a los dioses, a pesar que frecuentemente se mezclaban o incluso se casaban con ellos, ambos Æsir y Vanir. Su fortaleza es conocida como Utgard, y está situada en el Jötunheim, uno de los nueve mundos en la cosmología nórdica, separado de Midgard, el mundo de los hombres, por altas montañas y densos bosques. Cuando viven en otro mundo que no sea el suyo, parecen preferir cuevas y lugares oscuros.
El Big Foot (en español, pie grande) es una criatura legendaria cuya existencia no se ha llegado a probar. Es uno de los críptidos más famosos junto al monstruo del lago Ness y el Yeti.
La comunidad científica dice que las pruebas existentes no son lo suficientemente convincentes y generalmente las consideran como el resultado de mitología, folclore o identificación errónea. Muchos profesionales y académicos afirman que los estudios adicionales son una pérdida de tiempo, pero los partidarios de su existencia piensan que la evidencia actual puede ser escasa y que ha de evaluarse objetivamente a medida que se vaya presentando. Otros, incluyendo una subcultura activa, compuesta generalmente por aficionados, continúan investigando y actualmente consideran la existencia del sasquatch como posible descendiente del Gigantopithecus.
Se le asocia un desagradable y fuerte olor, semejante al de heces, alcantarillado o de sudor humano.
Los sonidos que emite se describen como similares a agudos chillidos o silbidos o gruñidos graves, al igual que el yeti, por lo que algunos criptozoólogos sostienen que podría ser una especie emparentada con el yeti, la cual quizá llegó a América a través del Estrecho de Bering durante la última glaciación, tal y como hicieron los ancestros de los pueblos amerindios y diversas especies de animales. También se cree que podría estar relacionado con la mítica criatura llamada wendigo.
Con respecto a su alimentación, el antropólogo Grover Krantz escribe que "muchos observadores han descrito los alimentos que consumen los sasquatch; pero es una cuestión de opinión saber cuántos de esos informes son exactos." También agrega que "A grandes rasgos, lo describiría como omnívoro".
El Yeti o abominable hombre de las nieves o según los lamas del Himalaya como también lo conocen como Migou es un críptido, interpretado como un simio gigante emparentado con el Pie Grande norteamericano. Ante la ausencia total de pruebas, sólo se cuenta con relatos que lo describen como un simio gigante bípedo que se cree está localizado en las zonas boscosas de la cordillera del Himalaya.
Basajaun o Baxajaun es el señor del bosque, un personaje de la mitología vasca de prodigiosa talla y fuerza. Habita en los bosques de Irati en Navarra. Posee forma humana, con el cuerpo cubierto de pelo y una melena muy larga. Uno de sus pies tiene la planta circular, como la pezuña de una ternera.
Lejos de ser agresivo, es el genio protector de los rebaños de ovejas y éstas indican su presencia con una unánime sacudida de cencerros. Cuando se acerca una tempestad o los lobos, da gritos y silbidos en la montaña para prevenir a los pastores.
Basajaun aparece a veces en los relatos como un genio terrorífico de fuerzas colosales, mientras que en otros aparece como el primer agricultor del cual los hombres aprendieron mediante un ardid a cultivar el trigo.
Junto con Tartalo y los Gentiles (o Jentil), forma parte del grupo de gigantes de montaña en la mitología vasca.
Haremos bien en no despreciar estos mitos pues de ellos han surgido muchas veces los grandes movimientos de la humanidad.
PD. Para saber de bestiarios es interesante leer "Baudolino" y para saber de esoterismo se puede leer "El Péndulo de Foucault", ambas de Umberto Eco.
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