2 nov 2011

Joseph Conrad y Ernest Hemingway

Una vez en televisión escuché una entrevista que le hicieron al escritor norteamericano John Irving, era el programa "Encuentros con las Letras", en la que decía, comparando a Ernest Hemingway con Joseph Conrad, que en el primero su vida era más interesante que su obra y en el segundo exactamente al contrario.










La verdad es que ambos escritores representan, un poco, las dos caras de la misma moneda. El norteamericano busca agotar la angustia de la existencia por la acción, a la manera de Pío Baroja; el anglopolaco busca la ubicación psicológica de la angustia, el horror interior.




















Hemingway forma parte de los escritores de la llamada generación perdida, en palabras de Gertrude Stein; es decir, de aquellos que habían perdido tiempo, juventud e ingenuidad en los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial. Convertidos en cínicos y alcohólicos, no creen en los fantasmas de moralidad sólo en la supervivencia y la acción.










El norteamericano entendió el bautizo de perdidos y puso un comentario sobre la generación perdida, citando al Eclesiastés, en su primera novela, "Fiesta" (The Sun Also Rises).























He leído poco de Hemingway, solo "Por Quien Doblan las Campanas" de la que me gusta sobre todo el título, e "Islas del Golfo" que me entretuvo; sin embargo, los que lo han leído creen que con diferencia su mejor novela es "El Viejo y el Mar", en donde la lucha entre el hombre y la naturaleza se saca de un contexto extraordinario para ir a la sencillez de la existencia; un poco como lo hace el marinero Shanti Andía de Pío Baroja.










En cuanto a Joseph Conrad, es de una generación anterior y como buen marino odiaba los viajes y los peligros que sabía encierra el mar.







Conrad, cuyo nombre original era Józef Teodor Konrad Korzeniowski, nació en Berdichev, Polonia (actualmente en Ucrania), hijo de un noble polaco. De su padre heredó el amor a la literatura. Quedó huérfano a los 12 años, y a los 16 abandonó la Polonia ocupada por los rusos y se trasladó a Marsella.
















Durante los siguientes cuatro años navegó en barcos mercantes franceses, también luchó en España en las guerras carlistas, en las tropas de don Carlos, y vivió una historia de amor que lo llevó al borde del suicidio.









Posteriormente se puso al servicio de la Marina mercante inglesa, y obtuvo la nacionalidad británica en 1886; al cabo de unos años cambió su nombre para que sonara más inglés. Durante la década siguiente, navegó mucho, sobre todo por Oriente. Las experiencias de Conrad, especialmente en el archipiélago malayo y en el río Congo durante 1890, se reflejan en sus relatos, escritos en inglés, que era su cuarta lengua tras el polaco, el ruso y el francés. Publicó su primera novela y se casó con Jessie George en 1895.






















Conrad escribió dos de las novelas que me han gustado más: una es "El Corazón de las Tinieblas"; una descripción perfecta del horror que entraña el salvajismo y de como nadie está exento de él; y otra "La Linea de Sombra", sobre una enfermedad que se extiende en un barco sometido a la calma chicha. He leído otras novelas de Conrad y todas me han resultado estimulantes: Nostromo, Lord Jim, Azar, El Agente Secreto...








"Porque hay un ángel bueno y un ángel malo en la naturaleza humana, y el bien no siempre triunfa".







"Tiene que ser una tentación, allá entre los nativos, sentirse Dios"

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