Existe una curiosa Ley francesa que se empeña en organizar la Historia según dictamine una especie de sanedrín de historiadores oficiales, de manera que quien no esté de acuerdo con la Historia oficial puede ser condenado a multas e incluso a la cárcel.
Así, es posible ser condenado en Francia por discutir ciertos aspectos del holocausto judío en la Segunda Guerra Mundial.
En España se puede discutir todo en el plano científico, pues prima la libertad de expresión, salvo la apología del delito o la burla descarada a las víctimas.
Ahora, han elaborado una nueva Ley que prohíbe discutir cualquier desacuerdo con lo admitido en relación con el holocausto armenio. La reacción de Turquía no se ha hecho esperar, han resuelto reconsiderar airadamente las relaciones con Francia.
Lo que quería el poder francés ya está resuelto; recuperar terreno electoral respecto a la llamada extrema derecha francesa, ganar los votos de los francoarmenios e impedir una posible candidatura turca al Mercado Común.
No simpatizo con los turcos, pero creo que no se puede dictaminar la Historia por Ley; hoy les toca a ellos, mañana a nosotros.
Así, es posible ser condenado en Francia por discutir ciertos aspectos del holocausto judío en la Segunda Guerra Mundial.
En España se puede discutir todo en el plano científico, pues prima la libertad de expresión, salvo la apología del delito o la burla descarada a las víctimas.
Ahora, han elaborado una nueva Ley que prohíbe discutir cualquier desacuerdo con lo admitido en relación con el holocausto armenio. La reacción de Turquía no se ha hecho esperar, han resuelto reconsiderar airadamente las relaciones con Francia.
Lo que quería el poder francés ya está resuelto; recuperar terreno electoral respecto a la llamada extrema derecha francesa, ganar los votos de los francoarmenios e impedir una posible candidatura turca al Mercado Común.
No simpatizo con los turcos, pero creo que no se puede dictaminar la Historia por Ley; hoy les toca a ellos, mañana a nosotros.
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