Sobre los efectos nefastos de la "construcción nacional" y los efectos negativos de la desafección catalana hacia España, efectos negativos tanto para España como para Cataluña, ya he hablado en muchas entradas del blog como por ejemplo aquí, y ahora quiero analizar la desmesura y el nivel de mendacidad de las ideas de algunos nacionalistas catalanes.
En contra de lo que se cree, la aparición del nacionalismo catalán es algo absolutamente moderno, de los últimos 100 años. La novedad política del nacionalismo se basa en el "no fue" es decir construyamos un ayer para poder disfrutar del mañana.
Enric Prat de la Riba: "Las fronteras de la lengua catalana eran las mismas que señaló a la etnos ibérica el más antiguo de los exploradores historiográficos."
Se afirma, sin rubor, que los catalanes han estado combatiendo por su independencia con ligures, gaélicos, tartesios, griegos, fenicios, cartagineses y romanos. Se sostiene además que la lengua catalana, soterrada durante siglos, es anterior a las invasiones de los citados pueblos.
Vamos, la nación catalana como inmutable, inmemorial e imperecedera; con la misión, según las tesis del imperialismo catalán, de redimir a España, de grado o por fuerza, creando una nación desde el odio a España y no desde el amor a Cataluña.
He aquí otra muestra del escritor barcelonés Pompeu Gener: "...existe una raza catalana, de origen ario-gótico superior al resto de pueblos peninsulares de raíces semíticas.", "... Nosotros (los catalanes) que somos indogermánicos de origen y de corazón, no podemos sufrir la preponderancia de tales elementos (los castellanos) de razas inferiores".
Como el doctor Robert y los cráneos catalanes en oposición a los españoles o modernos historiadores que se apropian para la lengua catalana de Cervantes o Lope de Vega y aspiran a la parte alícuota del museo del Prado (las Colecciones Reales) para el pago de una pretendida deuda histórica.
En contra de lo que se cree, la aparición del nacionalismo catalán es algo absolutamente moderno, de los últimos 100 años. La novedad política del nacionalismo se basa en el "no fue" es decir construyamos un ayer para poder disfrutar del mañana.
Enric Prat de la Riba: "Las fronteras de la lengua catalana eran las mismas que señaló a la etnos ibérica el más antiguo de los exploradores historiográficos."
Se afirma, sin rubor, que los catalanes han estado combatiendo por su independencia con ligures, gaélicos, tartesios, griegos, fenicios, cartagineses y romanos. Se sostiene además que la lengua catalana, soterrada durante siglos, es anterior a las invasiones de los citados pueblos.
Vamos, la nación catalana como inmutable, inmemorial e imperecedera; con la misión, según las tesis del imperialismo catalán, de redimir a España, de grado o por fuerza, creando una nación desde el odio a España y no desde el amor a Cataluña.
He aquí otra muestra del escritor barcelonés Pompeu Gener: "...existe una raza catalana, de origen ario-gótico superior al resto de pueblos peninsulares de raíces semíticas.", "... Nosotros (los catalanes) que somos indogermánicos de origen y de corazón, no podemos sufrir la preponderancia de tales elementos (los castellanos) de razas inferiores".
Como el doctor Robert y los cráneos catalanes en oposición a los españoles o modernos historiadores que se apropian para la lengua catalana de Cervantes o Lope de Vega y aspiran a la parte alícuota del museo del Prado (las Colecciones Reales) para el pago de una pretendida deuda histórica.
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